23/05/2019, 10:56
Oh, sí, claro que era un buen punto. No queríamos jugarnosla a doble o nada. Ni siquiera conocíamos al jodido Daimyo ese como para saber cómo podría tolerar las bromas de Kumopansa. Desde luego que fue una gran decisión el dejarle en Kusagakure.
— Está bien. Entonces, es hora de marchar. Vamos bastante bien de tiempo, pero lo prefiero así. Nunca se sabe si tendremos algún inconveniente en el camino — repuso Juro —. Sé que no te gusta esta misión. A mi tampoco. Por supuesto que no me gusta. Vamos a hacer un espectáculo, no a trabajar como shinobi. Pero supongo que estamos sirviendo a nuestra villa... aunque sea de esta manera tan triste.
— No es que...
Traté de hablar pero el tipo seguía con su discurso y no fue posible. Había que esperar a que terminase.
» Ya nos inventaremos una coreografía o algo.Lo único que quieren es un espectáculo bonito
«Claro, joder, ¿cómo no se me había ocurrido antes?» me dije para mis adentros con mi extra de ironía.
Así que no te preocupes, ¿vale? Vamos y hagamos nuestro deber. Ya habrá otras misiones mejores.
— Permíteme que te hable con franqueza, Jurete. No estás entendiendo una puta mierda — dije, haciendo énfasis en porque me había cruzado de aquella manera — No se trata de qué me guste o no me guste, de que crea que pueda hacerlo o no, o de cualquier otra trivialidad. Se trata de que hasta donde yo sé; tú, yo, el Morikage... no nos dedicamos a entretener a ricachones como ese Daimyo sino a proteger a la gente.
Es posible que jamás antes hubiese hablado con más franqueza que en aquellos momentos. Creía fervientemente en lo que estaba diciendo.
— Jamás me he quejado de las misiones que me han asignado. Ahora bien, ¿quiere un buen show ese tipo? Perfecto, lo tendrá.
Tenía alguna que otra idea en mente sobre lo que hacer para que el Daimyo no olvidase jamás su fiesta privada. Por ahora, empezaría a caminar. No hicieron falta palabras, yo iba a tener que guiarnos hasta la capital del País y eso es lo que haría. Aunque no sin antes llevarme uno de mis caramelos a la boca.
— Está bien. Entonces, es hora de marchar. Vamos bastante bien de tiempo, pero lo prefiero así. Nunca se sabe si tendremos algún inconveniente en el camino — repuso Juro —. Sé que no te gusta esta misión. A mi tampoco. Por supuesto que no me gusta. Vamos a hacer un espectáculo, no a trabajar como shinobi. Pero supongo que estamos sirviendo a nuestra villa... aunque sea de esta manera tan triste.
— No es que...
Traté de hablar pero el tipo seguía con su discurso y no fue posible. Había que esperar a que terminase.
» Ya nos inventaremos una coreografía o algo.Lo único que quieren es un espectáculo bonito
«Claro, joder, ¿cómo no se me había ocurrido antes?» me dije para mis adentros con mi extra de ironía.
Así que no te preocupes, ¿vale? Vamos y hagamos nuestro deber. Ya habrá otras misiones mejores.
— Permíteme que te hable con franqueza, Jurete. No estás entendiendo una puta mierda — dije, haciendo énfasis en porque me había cruzado de aquella manera — No se trata de qué me guste o no me guste, de que crea que pueda hacerlo o no, o de cualquier otra trivialidad. Se trata de que hasta donde yo sé; tú, yo, el Morikage... no nos dedicamos a entretener a ricachones como ese Daimyo sino a proteger a la gente.
Es posible que jamás antes hubiese hablado con más franqueza que en aquellos momentos. Creía fervientemente en lo que estaba diciendo.
— Jamás me he quejado de las misiones que me han asignado. Ahora bien, ¿quiere un buen show ese tipo? Perfecto, lo tendrá.
Tenía alguna que otra idea en mente sobre lo que hacer para que el Daimyo no olvidase jamás su fiesta privada. Por ahora, empezaría a caminar. No hicieron falta palabras, yo iba a tener que guiarnos hasta la capital del País y eso es lo que haría. Aunque no sin antes llevarme uno de mis caramelos a la boca.
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa