23/05/2019, 13:46
(Última modificación: 23/05/2019, 13:47 por Umikiba Kaido.)
Cuando Kaido llegó al puerto, la nostalgia y el temor le invadieron al unísono. Le fue muy sencillo rememorizar a la horda de paganos que le seguían a el y a los Hermanos Uchiha con antorchas, listos para matarles. De hecho, siempre vivió con la duda de qué era lo que realmente estaba ocurriendo en esa isla, y de si ellos habían sido los únicos supervivientes a la locura que se desataba una vez te adentrabas en lo más profundo de sus terrenos.
Fue por esa misma razón que el gyojin creyó conveniente mantenerse lo más alejado posible del castillo, y tratar de conseguir algo de comida en alguna de esas casas idénticas en fabricación apiladas una al lado de la otra, donde la soledad habitaba junto a una espesa neblina que empezaba Justo después de el sinuoso cartel, que relataba una gran mentira: que allí en la Isla Monotonía no pasaba nada.
Kaido, desnudo en torso; trató de hacerse uno con la espesa bruma, tal y como había practicado con su Kirigakure no jutsu y pasar totalmente desapercibido. En clandestinidad, procuró probar en una de las primeras casas, acercándose a una de las ventanas y tratando de echar un vistazo adentro.
Fue por esa misma razón que el gyojin creyó conveniente mantenerse lo más alejado posible del castillo, y tratar de conseguir algo de comida en alguna de esas casas idénticas en fabricación apiladas una al lado de la otra, donde la soledad habitaba junto a una espesa neblina que empezaba Justo después de el sinuoso cartel, que relataba una gran mentira: que allí en la Isla Monotonía no pasaba nada.
Kaido, desnudo en torso; trató de hacerse uno con la espesa bruma, tal y como había practicado con su Kirigakure no jutsu y pasar totalmente desapercibido. En clandestinidad, procuró probar en una de las primeras casas, acercándose a una de las ventanas y tratando de echar un vistazo adentro.