6/11/2015, 22:55
— La verdad duele... hay quienes no lo hacen porque su fuerza es insuficiente, o quienes se regocijan en los crímenes de otros, o quienes simplemente prefieren no hacer nada... es igual de malo quien asesina, a quien ve un asesinato y se va a casa tan tranquilo, a dormir con su familia como si nada hubiese pasado...
A pesar de que quiso evitarlo, Juro acabo bebiendo de las palabras que Blame profirió ante su afirmación. Aunque su mente se negó a admitirlo, él mismo sabía muy bien que en parte, Blame tenía razón. Mucha gente podría simplemente no hacerlo por debilidad, o falta de motivación.
Sinceramente, no entendió muy bien el resto de la frase. ¿Quién vería un asesinato y lo callaría? Un complice, claro. Pero además... ¿Alguién más? No tenía sentido. Pero no dijo nada, pues siguió hablando.
— Supongo que si... luchar contra tu propia mente debe ser lo mas difícil que uno pueda afrontar en la vida. Una persona al borde de la locura no se da cuenta de lo que es demencia y lo que no... Ahí está el mayor de los problemas, supongo...—
Juro asintió ante lo que Blame dijo, tenía sentido. Trató de pensar en su padre, enfrentadose así mismo. Quizás antes de volveres loco del todo se hubiese resistido. Quizás hubiese considerado como una locura lo que hizo. Quizás si no hubiese perdido, todo habría sido diferente...
"Pero eso no importa. Lo que ha pasado no va a borrarse"
- Debe de ser horrible. Dejar de ser tu, dejarte llevar por los impulsos más asquerosos... - comentó, con gesto ausente. Su mente estaba lejos de ahí, aun seguía pensando en su padre. Era la primera vez que pensaba en él sin tenerle asco o miedo - Ojala existiese una cura para la locura.
Para su padre ya era tarde, claro. Pero algo así sería tan útil. La utilizarías y ya esta, nadie tendría que sufrir por tu culpa, nadie moriría, vivirías feliz... Una utopía, supuso.
Fue recuperándose poco a poco, para darse cuenta de que alguien más se adentraba en el pequeño lugar. Era un tanto extraño, llevaba el pelo recogido en un curioso moño. Su expresión le recordó a la suya, parecía cansado y curioso. Supuso que sus ojos terminarían por posarse en Blame, como todo el mundo.
El chico terminó por dirigirse a una mesa, mientras Juro regresaba a su plato. Era de mala educación quedarse mirando a una persona, lo sabía bien.
A pesar de que quiso evitarlo, Juro acabo bebiendo de las palabras que Blame profirió ante su afirmación. Aunque su mente se negó a admitirlo, él mismo sabía muy bien que en parte, Blame tenía razón. Mucha gente podría simplemente no hacerlo por debilidad, o falta de motivación.
Sinceramente, no entendió muy bien el resto de la frase. ¿Quién vería un asesinato y lo callaría? Un complice, claro. Pero además... ¿Alguién más? No tenía sentido. Pero no dijo nada, pues siguió hablando.
— Supongo que si... luchar contra tu propia mente debe ser lo mas difícil que uno pueda afrontar en la vida. Una persona al borde de la locura no se da cuenta de lo que es demencia y lo que no... Ahí está el mayor de los problemas, supongo...—
Juro asintió ante lo que Blame dijo, tenía sentido. Trató de pensar en su padre, enfrentadose así mismo. Quizás antes de volveres loco del todo se hubiese resistido. Quizás hubiese considerado como una locura lo que hizo. Quizás si no hubiese perdido, todo habría sido diferente...
"Pero eso no importa. Lo que ha pasado no va a borrarse"
- Debe de ser horrible. Dejar de ser tu, dejarte llevar por los impulsos más asquerosos... - comentó, con gesto ausente. Su mente estaba lejos de ahí, aun seguía pensando en su padre. Era la primera vez que pensaba en él sin tenerle asco o miedo - Ojala existiese una cura para la locura.
Para su padre ya era tarde, claro. Pero algo así sería tan útil. La utilizarías y ya esta, nadie tendría que sufrir por tu culpa, nadie moriría, vivirías feliz... Una utopía, supuso.
Fue recuperándose poco a poco, para darse cuenta de que alguien más se adentraba en el pequeño lugar. Era un tanto extraño, llevaba el pelo recogido en un curioso moño. Su expresión le recordó a la suya, parecía cansado y curioso. Supuso que sus ojos terminarían por posarse en Blame, como todo el mundo.
El chico terminó por dirigirse a una mesa, mientras Juro regresaba a su plato. Era de mala educación quedarse mirando a una persona, lo sabía bien.