23/05/2019, 17:15
Con remanentes de lechuga y semillas ese tomate entre los colmillos, el Umikiba se percató de la voz que provenía del exterior. Alguien estaba intentando entrar a la casa.
Los bunshin supieron inmediatamente qué hacer.
Cada uno se colocó a ambos costados de la puerta. Era perfectamente asumible que el hombre le estuviera hablando a otro, así que tenía que prevenir la aproximación de dos de ellos. Aunque, también estaba la posibilidad de que hablase solo; pero eso no cambiaría absolutamente nada.
Kaido el original se mantuvo oculto en los linderos de la cocina mientras los clones aguardaban a que entraran. Y apenas tuviera la oportunidad...
Los iban a reducir con una llave. A los dos, o a uno solo.
Los bunshin supieron inmediatamente qué hacer.
Cada uno se colocó a ambos costados de la puerta. Era perfectamente asumible que el hombre le estuviera hablando a otro, así que tenía que prevenir la aproximación de dos de ellos. Aunque, también estaba la posibilidad de que hablase solo; pero eso no cambiaría absolutamente nada.
Kaido el original se mantuvo oculto en los linderos de la cocina mientras los clones aguardaban a que entraran. Y apenas tuviera la oportunidad...
Los iban a reducir con una llave. A los dos, o a uno solo.