23/05/2019, 19:06
—¡Yo no tendría ningún motivo para atacar a nadie que no sea mi objetivo!— espetó ya desesperado.
—¡A callar!— Ordenó no sólo a Shunsuke, sino a todos los presentes.
El tuerto era un culpable confeso, pero no por ello era de fiar. Datsue alegaba también inocencia, pero la sospechosa actitud que mostró su contraparte al punto de querer exterminarlo era un factor demasiado pesado para desligarlo totalmente de responsabilidades.
—No vamos a llegar a ningún lado de esta forma. Mano Cortada, llévate a este llorica a la comisaría, yo debo hablar con Bandō— Ladeó la cabeza.
—Bandō, Bandō fue arrestrado también— Agachó la mirada ante la posible reacción de Kid. —Apuñaló al alguacil en un ataque de rabia porque nadie le creyó su alegata de que le hicieron trampa durante la carrera.
Kid abrió los ojos como platos, observando incrédulo a mano cortada.
—¿¡QUÉ QUÉ!?— se llevó la palma la cara. —Ese idiota se echó la soga al cuello sólo— Pero conocía a ese idiota, y no cometería semejante locura si algo muy grueso no ocurriese. —Cambio de planes, me adelantaré e iré a verle su estúpida cara a la cárcel.
Simplemente intentaría hacer un sello y salir pitando de ahí.
Arashi asintió diligentemente y salió corriendo como alma que lleva el diablo. Era curioso. Todo el tiempo quiso complacer a Datsue para que se quedase a festejar, pero ahora le urgía que se marchase lo antes posible. ¿Por qué?
En su rincón, el bandolero estaba pensativo. Sí, le caía mal Datsue, peor como una patada en los huevos. Pero, su medio hermano era mucho más molesto. Si tuviera que comparar, era un palo en el culo. Era por ello, que si debía escoger entre ellos, hundiría primero al bastardo que lo tenia dónde lo tenía.
—¡¡¡DATSUUUUUUE!!!— se pararía de golpe, sosteniendo los barrotes de su celda, gritando a todo pulmón al punto que se escucharía en toda la comisaría. —¡¡¡NO CONFÍES EN MI HERMANO O INTENTARÁ ENGATUSARTE!!!— soltó la advertencia, pero dependía ya del chuunin si tomarla o no.
—¡A callar!— Ordenó no sólo a Shunsuke, sino a todos los presentes.
El tuerto era un culpable confeso, pero no por ello era de fiar. Datsue alegaba también inocencia, pero la sospechosa actitud que mostró su contraparte al punto de querer exterminarlo era un factor demasiado pesado para desligarlo totalmente de responsabilidades.
—No vamos a llegar a ningún lado de esta forma. Mano Cortada, llévate a este llorica a la comisaría, yo debo hablar con Bandō— Ladeó la cabeza.
—Bandō, Bandō fue arrestrado también— Agachó la mirada ante la posible reacción de Kid. —Apuñaló al alguacil en un ataque de rabia porque nadie le creyó su alegata de que le hicieron trampa durante la carrera.
Kid abrió los ojos como platos, observando incrédulo a mano cortada.
—¿¡QUÉ QUÉ!?— se llevó la palma la cara. —Ese idiota se echó la soga al cuello sólo— Pero conocía a ese idiota, y no cometería semejante locura si algo muy grueso no ocurriese. —Cambio de planes, me adelantaré e iré a verle su estúpida cara a la cárcel.
Simplemente intentaría hacer un sello y salir pitando de ahí.
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Arashi asintió diligentemente y salió corriendo como alma que lleva el diablo. Era curioso. Todo el tiempo quiso complacer a Datsue para que se quedase a festejar, pero ahora le urgía que se marchase lo antes posible. ¿Por qué?
En su rincón, el bandolero estaba pensativo. Sí, le caía mal Datsue, peor como una patada en los huevos. Pero, su medio hermano era mucho más molesto. Si tuviera que comparar, era un palo en el culo. Era por ello, que si debía escoger entre ellos, hundiría primero al bastardo que lo tenia dónde lo tenía.
—¡¡¡DATSUUUUUUE!!!— se pararía de golpe, sosteniendo los barrotes de su celda, gritando a todo pulmón al punto que se escucharía en toda la comisaría. —¡¡¡NO CONFÍES EN MI HERMANO O INTENTARÁ ENGATUSARTE!!!— soltó la advertencia, pero dependía ya del chuunin si tomarla o no.