23/05/2019, 21:02
(Última modificación: 23/05/2019, 21:19 por King Roga. Editado 1 vez en total.)
Así, todos partieron hasta donde confluiría el desenlace final.
Sin embargo, si que había un problema con los billetes. Faltaban doce mil quinientos, sólo estaba la mitad. La otra mitad era falsa.
Datsue pudo haber escapado ahí mismo, pero la curiosidad insaciable de aquel muchacho se lo impediría.
Cuando logró abrir la puerta, se encontró algo insospechado: una pintura.
Pero no cualquier pintura, era una pintura con el mismo estilo de dibujo que la que fue destrozada dentro del templo. Los motivos de esta sin embargo, eran muy distintos. Era la imagen de una tortuga gigante, cuyo caparazón se comparaba a dos enormes montañas. El motivo presentaba cascadas inversas, las cuales subían hasta las nubes de las cumbres de la montaña. Un antiguo soldado samurai estaba postrado frente a las cataratas, en posición de plegaria. A la par, un frasco con una tintura morada. Mejor que no intentase probarlo, porque sólo con olerlo te dabas cuenta de que era un veneno muy poco recomendable para la salud. A estas alturas, debía saber que no era coincidencia que los motivos fuesen iguales.
El clon que fue por las llaves, el clon que iba con Kid y con Shunsuke, además de un nervioso mano cortada. Todos se aproximaban.
Sin embargo, el primero en regresar del establo sería el alguacil Arashi.
—¿¡Pero qué haces aún aquí!?— Observó que había abierto la segunda caja de seguridad. —¡¡Toma el dinero y vete rápido maldita sea!! ANTES DE QUE VENGA MANO CORTADA O KID, LARGO.
Sin embargo, si que había un problema con los billetes. Faltaban doce mil quinientos, sólo estaba la mitad. La otra mitad era falsa.
Datsue pudo haber escapado ahí mismo, pero la curiosidad insaciable de aquel muchacho se lo impediría.
Cuando logró abrir la puerta, se encontró algo insospechado: una pintura.
Pero no cualquier pintura, era una pintura con el mismo estilo de dibujo que la que fue destrozada dentro del templo. Los motivos de esta sin embargo, eran muy distintos. Era la imagen de una tortuga gigante, cuyo caparazón se comparaba a dos enormes montañas. El motivo presentaba cascadas inversas, las cuales subían hasta las nubes de las cumbres de la montaña. Un antiguo soldado samurai estaba postrado frente a las cataratas, en posición de plegaria. A la par, un frasco con una tintura morada. Mejor que no intentase probarlo, porque sólo con olerlo te dabas cuenta de que era un veneno muy poco recomendable para la salud. A estas alturas, debía saber que no era coincidencia que los motivos fuesen iguales.
El clon que fue por las llaves, el clon que iba con Kid y con Shunsuke, además de un nervioso mano cortada. Todos se aproximaban.
Sin embargo, el primero en regresar del establo sería el alguacil Arashi.
—¿¡Pero qué haces aún aquí!?— Observó que había abierto la segunda caja de seguridad. —¡¡Toma el dinero y vete rápido maldita sea!! ANTES DE QUE VENGA MANO CORTADA O KID, LARGO.