26/05/2019, 07:04
Apenas comenzó Kazuma a hablar, Ranko cerró los ojos para ayudar a su imaginación a crear el árbol sobre el cual hablaba el peliblanco:
Un roble viejo y solitario en una colina, rodeado de nada más que hierba y neblina. Un árbol que añora aquellos días sin bruma, en los que nada se interponga entre la luz y él.
"Un árbol con esperanza. Aunque esté en una colina de melancolía, anhela el día en que ese sueño se haga realidad: bañarse con la luz del sol."
Ranko se sintió relajada, contenta de que la introspección de su compañero fuese tan optimista (o al menos así lo veía ella). Se alegró de que no fuese una visión macabra del mundo. Abrió los ojos y le dedicó una serena sonrisa al chico.
—Suena a que Hanamura-san a… alberga una fuerte es… esperanza —comentó con toda honestidad posible. El que el peliblanco quisiera escuchar su imagen interior. Ranko bajó la mirada a la mesa de piedra mientras presionaba pensativa el dorso de su mano contra sus labios —. Creo… Creo que sí…
Respiró profundamente, se enderezó y cerró los ojos. Esta vez, su imaginación no crearía nada a partir de lo que escuchase, sino que formaría una imagen desde su propia alma, e intentaría expresarla.
—Creo q-que yo… Yo veo una flor. Una orquídea. En un jardín… uno a-amplio y... y hermoso. Es… Es un lugar muy cómodo, pero… limitado al fin y al cabo. Si la dejan allí, la orquídea será feliz junto con otras orquídeas. Pero no será nada más.
»No obstante, si la orquídea se planta fuera del jardín… B-bueno… La gente del camino la verá y… Y se maravillará de que tal flor crezca tan fieramente en lo salvaje. Y le contarán a otros sobre esa preciosa orquídea, y todos querrán verla. Y por sí misma y su lucha tendrá más valor que el jardín entero.
Abrió los ojos y se sonrojó. A pesar de haberse dado cuenta que no había tartamudeado mucho, sintió cómo su lengua se enredaba de nuevo.
—P-p-p-pero e-esa f-flor sólo… sólo… sólo imagina e-eso… Posiblemente ni s-sepa cómo… cómo salir del jardín… Y… Y… ¡Ay! n-n-no s-sé qué he di-dicho… L-lo siento...
Ranko pensaba que tal vez había ido muy lejos con lo de proyectar su imagen interna, y no sabía cómo Kazuma percibiría la suya. La kunoichi se apenó mucho, pues sintió que tal vez quedaría como codiciosa o egocéntrica, de alguna manera.
Un roble viejo y solitario en una colina, rodeado de nada más que hierba y neblina. Un árbol que añora aquellos días sin bruma, en los que nada se interponga entre la luz y él.
"Un árbol con esperanza. Aunque esté en una colina de melancolía, anhela el día en que ese sueño se haga realidad: bañarse con la luz del sol."
Ranko se sintió relajada, contenta de que la introspección de su compañero fuese tan optimista (o al menos así lo veía ella). Se alegró de que no fuese una visión macabra del mundo. Abrió los ojos y le dedicó una serena sonrisa al chico.
—Suena a que Hanamura-san a… alberga una fuerte es… esperanza —comentó con toda honestidad posible. El que el peliblanco quisiera escuchar su imagen interior. Ranko bajó la mirada a la mesa de piedra mientras presionaba pensativa el dorso de su mano contra sus labios —. Creo… Creo que sí…
Respiró profundamente, se enderezó y cerró los ojos. Esta vez, su imaginación no crearía nada a partir de lo que escuchase, sino que formaría una imagen desde su propia alma, e intentaría expresarla.
—Creo q-que yo… Yo veo una flor. Una orquídea. En un jardín… uno a-amplio y... y hermoso. Es… Es un lugar muy cómodo, pero… limitado al fin y al cabo. Si la dejan allí, la orquídea será feliz junto con otras orquídeas. Pero no será nada más.
»No obstante, si la orquídea se planta fuera del jardín… B-bueno… La gente del camino la verá y… Y se maravillará de que tal flor crezca tan fieramente en lo salvaje. Y le contarán a otros sobre esa preciosa orquídea, y todos querrán verla. Y por sí misma y su lucha tendrá más valor que el jardín entero.
Abrió los ojos y se sonrojó. A pesar de haberse dado cuenta que no había tartamudeado mucho, sintió cómo su lengua se enredaba de nuevo.
—P-p-p-pero e-esa f-flor sólo… sólo… sólo imagina e-eso… Posiblemente ni s-sepa cómo… cómo salir del jardín… Y… Y… ¡Ay! n-n-no s-sé qué he di-dicho… L-lo siento...
Ranko pensaba que tal vez había ido muy lejos con lo de proyectar su imagen interna, y no sabía cómo Kazuma percibiría la suya. La kunoichi se apenó mucho, pues sintió que tal vez quedaría como codiciosa o egocéntrica, de alguna manera.
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