27/05/2019, 15:45
En cuánto acabó de comer, sin ánimos de perder más tiempo, se sentó frente a uno de ellos. No muy cerca, no muy lejos. Lo suficiente.
Luego ejecutó un sello, mirándole a uno de ellos a los ojos.
Luego, el mar. Era curioso como el fenómeno de su técnica emulaba el sonido de las olas, chocando contra algo. En esta ocasión, era su piel la que estaba ondeándose a medida de que las mareas de su humedad se moldeaban a imagen de semejanza del hombre que tenía al frente. Segundo tras segundo, Kaido pasaba de ser un tiburón azul a... ¿cómo lucía, el hombre de la capucha?
Esa sería su nueva apariencia.
Una vez se viese totalmente transformado, su clon les aplicaría una llave a nivel del cuello para desmayarlos sin tener que quitar dos vidas de forma innecesaria. Kaido cogió sus capas, se atavió de ellas, y continuó saciando su hambre antes de partir.
Finalmente, puso rumbo —con la seguridad que el físico de uno de los paganos podía darle—. hacia el puerto.
Luego ejecutó un sello, mirándole a uno de ellos a los ojos.
Luego, el mar. Era curioso como el fenómeno de su técnica emulaba el sonido de las olas, chocando contra algo. En esta ocasión, era su piel la que estaba ondeándose a medida de que las mareas de su humedad se moldeaban a imagen de semejanza del hombre que tenía al frente. Segundo tras segundo, Kaido pasaba de ser un tiburón azul a... ¿cómo lucía, el hombre de la capucha?
Esa sería su nueva apariencia.
Una vez se viese totalmente transformado, su clon les aplicaría una llave a nivel del cuello para desmayarlos sin tener que quitar dos vidas de forma innecesaria. Kaido cogió sus capas, se atavió de ellas, y continuó saciando su hambre antes de partir.
Finalmente, puso rumbo —con la seguridad que el físico de uno de los paganos podía darle—. hacia el puerto.