30/05/2019, 16:01
Antes de salir, Galen recoge el chubasquero que había dejado en la entrada; la lluvia arrecia por momentos. Los tres cargan con Raitaro hasta urgencias y lo dejan en un banco para que sea atendido. Ninguno de ellos se muestra especialmente charlatán durante el camino aunque gracias al trabajo en equipo, cuando llegan a su destino, Galen siente que los conoce mejor.
Los dos Genin se quedan fuera esperando mientras Ebisu lleva a Raitaro adentro. Samidare hace un comentario a Galen respecto a su sensei, que si bien es un personaje peculiar, disfruta del respeto del pequeño shinobi. El de Yukio se quita la capucha y el agua que había sobre esta cae al suelo seco, formando un charco debajo suyo. También hay uno que recorre el camino seguido por su compañero.
— No me gusta hablar demasiado sobre mi, aunque... no tengo mucha experiencia trabajando en equipo, y esto ha sido muy repentino – Galen es un poco torpe a la hora de expresar sus sentimientos y se pierde con facilidad cuando tiene que dar explicaciones — No es que me me niegue a unirme a vuestro equipo... Es que no sé...
— ¡Os ayudaré en lo que pueda!, me caes bien Samidare — le sonríe — ¿Desde cuándo estás en su equipo?
Al cabo de unos minutos, Ebisu sale del hospital y se dirige hacia el marionetista con decisión. Si algo le sobra a la hora de hablar es confianza, que es mucho más de lo que el marionetista buscaba. La idea de pertenecer al equipo se va implantando en su mente a cada palabra que sale de la boca de Ebisu.
Galen deja caer ligeramente su cabeza hacia el hombro izquierdo mientras termina de escuchar a Ebisu. La pasión que destila y sus argumentos finalmente lo convencen. Una mueca de indecisión en la boca y ya está preparado para responder.
— Cuente conmigo para lo que sea, le debo mi vida a nuestra aldea, pero... — muestra una sonrisa tímida y lleva el brazo hacia la nuca en un gesto para restarle importancia a la situación — ¿Cómo se llama, sensei? — le trata con distancia y respeto porqué ha deducido que el personaje en cuestión es de mayor rango que ellos.
Los dos Genin se quedan fuera esperando mientras Ebisu lleva a Raitaro adentro. Samidare hace un comentario a Galen respecto a su sensei, que si bien es un personaje peculiar, disfruta del respeto del pequeño shinobi. El de Yukio se quita la capucha y el agua que había sobre esta cae al suelo seco, formando un charco debajo suyo. También hay uno que recorre el camino seguido por su compañero.
— No me gusta hablar demasiado sobre mi, aunque... no tengo mucha experiencia trabajando en equipo, y esto ha sido muy repentino – Galen es un poco torpe a la hora de expresar sus sentimientos y se pierde con facilidad cuando tiene que dar explicaciones — No es que me me niegue a unirme a vuestro equipo... Es que no sé...
— ¡Os ayudaré en lo que pueda!, me caes bien Samidare — le sonríe — ¿Desde cuándo estás en su equipo?
Al cabo de unos minutos, Ebisu sale del hospital y se dirige hacia el marionetista con decisión. Si algo le sobra a la hora de hablar es confianza, que es mucho más de lo que el marionetista buscaba. La idea de pertenecer al equipo se va implantando en su mente a cada palabra que sale de la boca de Ebisu.
Galen deja caer ligeramente su cabeza hacia el hombro izquierdo mientras termina de escuchar a Ebisu. La pasión que destila y sus argumentos finalmente lo convencen. Una mueca de indecisión en la boca y ya está preparado para responder.
— Cuente conmigo para lo que sea, le debo mi vida a nuestra aldea, pero... — muestra una sonrisa tímida y lleva el brazo hacia la nuca en un gesto para restarle importancia a la situación — ¿Cómo se llama, sensei? — le trata con distancia y respeto porqué ha deducido que el personaje en cuestión es de mayor rango que ellos.