1/06/2019, 18:13
Ya Daseru se lo había advertido. El antiguo Rey creía en la leyenda, tanto como él. Con la nueva dueña de los mares era una historia distinta, y así se lo hizo saber ella con una estruendosa sonrisa que palpitó el lecho marino hasta sus cimientos.
Kaido sonrió con amplitud.
—Quizás no soy el primero, mi Reina —contestó con gallardía—. pero pronto os daréis cuentas que soy el último. Y el único.
A veces, las respuestas más sencillas eran las más efectivas. ¿Querían ponerle a prueba?
No iba a ser Kaido quien se quisiera lo contrario.
Kaido sonrió con amplitud.
—Quizás no soy el primero, mi Reina —contestó con gallardía—. pero pronto os daréis cuentas que soy el último. Y el único.
A veces, las respuestas más sencillas eran las más efectivas. ¿Querían ponerle a prueba?
No iba a ser Kaido quien se quisiera lo contrario.