8/11/2015, 17:28
El paseo estaba marchando de buena manera, y la chica a cual se le estaba proporcionando parecía entretenida y satisfecha, o al menos así fue hasta que comenzó a volar su cometa. Al principio parecía algo insegura sobre intentar planear aquel juguete, pero luego de unos instantes de duda se decidió por hacerlo. A pesar de cierto nerviosismo que era evidente en su rostro, sus esfuerzos tuvieron resultados al conseguir elevar por los cielos su juguete de papel.
La joven sonreía mientras que con la mirada le decía a Kazuma que observara lo que podía hacer. Todo era sonrisas y felicidad hasta que un pájaro negro de buen tamaño, tomo entre sus garras la cometa, llevando fuerza suficiente como para romper el cordel y dejar a Eri con una expresión entre frustración y tristeza.
«Cielos, ahí va otro» —pensó mientras veía como el plumífero se alejaba.
En aquel instante, Eri dio un grito de angustia. A lo que el Ishimura reacciono instintivamente llevando la mano hacia el portaobjetos en busca de un shuriken. Pero sus reflejos y recuerdos le engañaron, pues como se encontraba trabajando no había manera en que cargara un arma consigo.
«Es lo mejor… Se hubiera visto muy feo matar a un ave solo por una cometa» —pensó mientras relajaba su postura.
Mientras repasaba lo sucedido, el Ishimura sintió que le hacía gracias la situación. Pues le recordaba que en el pasado le había sucedido lo mismo. Y por un instante sintió ganas de reírse, pero tuvo que contenerse pensando en que probablemente a la peli azul no le haría nada de gracia.
—Bueno… Creo que lo mejor es seguir.
—Este lugar es bastante agradable ¿Qué te parece si hacemos una pausa para tomar el almuerzo aquí?
Estaba tratando de animar a la jovencita, pero paso por al alto el que ella no había traído comida consigo, a menos que llevara bolas de arroz entre sus ropajes. También había pasado por alto el decirle que los paseos de lujo también incluían almuerzo.
La joven sonreía mientras que con la mirada le decía a Kazuma que observara lo que podía hacer. Todo era sonrisas y felicidad hasta que un pájaro negro de buen tamaño, tomo entre sus garras la cometa, llevando fuerza suficiente como para romper el cordel y dejar a Eri con una expresión entre frustración y tristeza.
«Cielos, ahí va otro» —pensó mientras veía como el plumífero se alejaba.
En aquel instante, Eri dio un grito de angustia. A lo que el Ishimura reacciono instintivamente llevando la mano hacia el portaobjetos en busca de un shuriken. Pero sus reflejos y recuerdos le engañaron, pues como se encontraba trabajando no había manera en que cargara un arma consigo.
«Es lo mejor… Se hubiera visto muy feo matar a un ave solo por una cometa» —pensó mientras relajaba su postura.
Mientras repasaba lo sucedido, el Ishimura sintió que le hacía gracias la situación. Pues le recordaba que en el pasado le había sucedido lo mismo. Y por un instante sintió ganas de reírse, pero tuvo que contenerse pensando en que probablemente a la peli azul no le haría nada de gracia.
—Bueno… Creo que lo mejor es seguir.
—Este lugar es bastante agradable ¿Qué te parece si hacemos una pausa para tomar el almuerzo aquí?
Estaba tratando de animar a la jovencita, pero paso por al alto el que ella no había traído comida consigo, a menos que llevara bolas de arroz entre sus ropajes. También había pasado por alto el decirle que los paseos de lujo también incluían almuerzo.