13/06/2019, 21:46
Eri apartó la mirada sintiendose culpable. Pues claro que se sentía culpable, poco culpable se sentía para todo lo culpable que era, que era absolutamente culpable. Sin embargo, como toda victoria en esta vida, aquella se sintió vacía. Estaba claro que era gilipollas. Quería que se sintiese culpable por dejarme tirado como si fuera basura y desaparecer Shiona-sama sabe donde a hacer Shiona-sama sepa qué sin avisarme a mí. Y ahora que se sentía culpable yo me sentía mal.
¡No! Debía mantenerme fuerte. Debía dejarle claro que iba a tener que esforzarse mucho para que la perdonase, que aquello era una traición al nivel de la de Datsue. Que él se pensaba que yo era ciego, pero se estaba ablandando a ritmos acelerados. Primero se empieza con menos bromas sobre exterminar a Amegakure, a querer traginarse a una amenia y se acaba queriendo la paz. Traiciones, traiciones por todas partes.
Y entonces empezó a correr hacia mí, claramente atacada por la culpabilidad y la tristeza que esta le provocaba. Por suerte, conseguí abrir los brazos y poner el pecho antes de que se lanzase a abrazarme, sino se hubiese dado una hostia guapa contra mis codos.
—Lo siento, lo siento... —
Empezó a suplicar piedad como el más kuseño de Kusagakure. Suspiré y le puse una mano detrás de la cabeza, acariciando su hermosa y larga cabellera, qué hermosa y larga era. Era larga como un día sin ella. Larga como aquellas semanas que desapareció, larga como la lista de mentiras de Datsue, larga como la lista de dramas que se montan los amenios, larga como la paz de Shiona... Sentí su aliento en mi nuca, su negación contra mi cuello y cedí. Porque no hay nada en este mundo como ser gilipollas.
— ¿El qué sientes? ¿Ocupar el campo de entrenamiento que tenía reservado? Porque no lo tenía reservado.
Gilipollas.
¡No! Debía mantenerme fuerte. Debía dejarle claro que iba a tener que esforzarse mucho para que la perdonase, que aquello era una traición al nivel de la de Datsue. Que él se pensaba que yo era ciego, pero se estaba ablandando a ritmos acelerados. Primero se empieza con menos bromas sobre exterminar a Amegakure, a querer traginarse a una amenia y se acaba queriendo la paz. Traiciones, traiciones por todas partes.
Y entonces empezó a correr hacia mí, claramente atacada por la culpabilidad y la tristeza que esta le provocaba. Por suerte, conseguí abrir los brazos y poner el pecho antes de que se lanzase a abrazarme, sino se hubiese dado una hostia guapa contra mis codos.
—Lo siento, lo siento... —
Empezó a suplicar piedad como el más kuseño de Kusagakure. Suspiré y le puse una mano detrás de la cabeza, acariciando su hermosa y larga cabellera, qué hermosa y larga era. Era larga como un día sin ella. Larga como aquellas semanas que desapareció, larga como la lista de mentiras de Datsue, larga como la lista de dramas que se montan los amenios, larga como la paz de Shiona... Sentí su aliento en mi nuca, su negación contra mi cuello y cedí. Porque no hay nada en este mundo como ser gilipollas.
— ¿El qué sientes? ¿Ocupar el campo de entrenamiento que tenía reservado? Porque no lo tenía reservado.
Gilipollas.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)