14/06/2019, 17:51
La risa de la joven kunoichi resonó en mis timpanos como las primeras lluvias tenían que sonar a un pobre granjero tras una larga sequía. Aquella risa me regó, me alimentó por dentro y por fuera y pude volver a respirar aliviado. Volvía a estar vivo. De repente las ganas de matar amenios fueron sustituidas por ganas de abrazar cachorritos y hacer hogares para osos panda.
—No, tonto. Haberme ido sin avisar, estuvo mal, y ni si quiera te he avisado de que había vuelto... Lo siento mucho, de verdad.
— No pasa nada. Nunca nadie me había hecho tanto daño, pero no pasa nada porque ya estás aquí. Supongo que tendrías una muy buena razón para desaparecer, he estado atento a ver si había caido un meteorito en alguna otra villa, pero no, así que ya me contaras qué era tan urgente.
Me miró con esos ojitos de cordero que va al matadero, como si no me hubiese convencido ya.
—¿Me perdonas? —
— No tengo nada que perdonarte. Si Shiona-sama te perdonaría, ¿como no lo voy a hacer yo? Te perdoné en cuanto te ví.
—No, tonto. Haberme ido sin avisar, estuvo mal, y ni si quiera te he avisado de que había vuelto... Lo siento mucho, de verdad.
— No pasa nada. Nunca nadie me había hecho tanto daño, pero no pasa nada porque ya estás aquí. Supongo que tendrías una muy buena razón para desaparecer, he estado atento a ver si había caido un meteorito en alguna otra villa, pero no, así que ya me contaras qué era tan urgente.
Me miró con esos ojitos de cordero que va al matadero, como si no me hubiese convencido ya.
—¿Me perdonas? —
— No tengo nada que perdonarte. Si Shiona-sama te perdonaría, ¿como no lo voy a hacer yo? Te perdoné en cuanto te ví.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)