19/06/2019, 12:49
El hombre pareció comprender el propósito de Etsu, o de Kito en ésta ocasión, y terminó por serenarse e incluso de sobrepremiar su actuación como ayudante. Sin embargo, el gordo no pareció estar de acuerdo por lo que su lenguaje corporal decía. Se cruzó de brazos, e incluso negó un par de veces con la cabeza, aunque solo fue momentáneo. Apenas pasaron unos segundos, el hombre no pudo evitar sonreír e inquerir que si hallaban la manera de hacerlo, debían pasarle la receta. El gordo terminó por asumir que realmente el chico había sido una buena apuesta, pero no sucumbía a bonitas palabras para hacer frente a Búho, que al parecer era un tipo difícil de convencer.
—El no ya lo tienes, por intentar hacer las cosas mejor no se pierde nada... jajaja.
Etsu se mostró algo ruborizado ante tanto elogio, no estaba tan acostumbrado a ello. De hecho, realmente no estaba ni acostumbrado a hablar demasiado con personas. Pero bueno, era lo que le tocaba en ésta ocasión, y debía hacerlo lo mejor posible. La misión siempre es la prioridad.
Rao sentenció la reunión social entonces, dando a Wagu las riendas del carro así como dando a entender que debían partir ya. El gordo se extrañó, aunque tampoco le pareció una mala idea. Después de todo, si se iban, tenía a su disposición todo lo que había sobrado de café y comida. Es mas, no se cortó un pelo en afirmar lo que ya era evidente. Ahora, también dijo tras ello que intentaría hacer el ejercicio que le había dicho Kito, aunque terminó casi retractándose... realmente, cargar con su propio peso le sería toda una hazaña.
Kito no pudo evitar reírse, de la carcajada incluso se llevó las manos a la barriga —jajajaja... no hombre, no. Al tener mas peso, tienes que esforzarte mas, y por lo tanto ganas más músculo. Es más difícil, eso no te lo niego, pero el resultado normalmente también es mejor. Si te esfuerzas, sacarás mejores brazos que los míos, en serio.
»Bueno, ha sido un placer conocerte, y muchas gracias por la invitación, Wagu.
Etsu se levantó, y le ofreció la mano a Wagu para una despedida. Era hora de ponerse en marcha, aún había mucho que hacer y ni siquiera habían llegado a la casa de Rao. Para cuando estuviesen fuera, Etsu se acercaría a Rao para con disimulo, preguntarle algo en un susurro.
—Oye Rao, ¿debería enterrar mis pertenencias, o es seguro dejarlas en el carro?
—El no ya lo tienes, por intentar hacer las cosas mejor no se pierde nada... jajaja.
Etsu se mostró algo ruborizado ante tanto elogio, no estaba tan acostumbrado a ello. De hecho, realmente no estaba ni acostumbrado a hablar demasiado con personas. Pero bueno, era lo que le tocaba en ésta ocasión, y debía hacerlo lo mejor posible. La misión siempre es la prioridad.
Rao sentenció la reunión social entonces, dando a Wagu las riendas del carro así como dando a entender que debían partir ya. El gordo se extrañó, aunque tampoco le pareció una mala idea. Después de todo, si se iban, tenía a su disposición todo lo que había sobrado de café y comida. Es mas, no se cortó un pelo en afirmar lo que ya era evidente. Ahora, también dijo tras ello que intentaría hacer el ejercicio que le había dicho Kito, aunque terminó casi retractándose... realmente, cargar con su propio peso le sería toda una hazaña.
Kito no pudo evitar reírse, de la carcajada incluso se llevó las manos a la barriga —jajajaja... no hombre, no. Al tener mas peso, tienes que esforzarte mas, y por lo tanto ganas más músculo. Es más difícil, eso no te lo niego, pero el resultado normalmente también es mejor. Si te esfuerzas, sacarás mejores brazos que los míos, en serio.
»Bueno, ha sido un placer conocerte, y muchas gracias por la invitación, Wagu.
Etsu se levantó, y le ofreció la mano a Wagu para una despedida. Era hora de ponerse en marcha, aún había mucho que hacer y ni siquiera habían llegado a la casa de Rao. Para cuando estuviesen fuera, Etsu se acercaría a Rao para con disimulo, preguntarle algo en un susurro.
—Oye Rao, ¿debería enterrar mis pertenencias, o es seguro dejarlas en el carro?
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~