23/06/2019, 05:18
¡A Kazuma le había gustado su haiku! Ranko enrojeció levemente de la emoción, a pesar de que la pena le carcomía las entrañas. Las palabras del peliblanco le inspiraron a aceptar que tal vez (y solo tal vez) no era tan mala como creía.
—¡M-m-muchas gracias, Ha-Hanamura-san! —Le dedicó una pequeña reverencia desde su lugar. Luego intentó dar con la palabra que se le escapaba al chico —. Ahm… ¿Escalofríos? ¿Piel de gallina? Ahm… N-no se me ocurre qué puede ser… Pero creo saber a qué se refiere ¡Muchas gracias! —repitió, antes de tomar el papel donde estaba la obra del chico y acercarlo a sí.
El gato.
Ranko lo leyó detenidamente un par de veces. Al inicio fue un tanto extraño, pero conforme avanzaba en las líneas de prosa, fue comprendiendo. O al menos eso le pareció. Alguien se encontraba con un gato moribundo.
"A punto de morir se burla de las vidas que ha pasado. ¿Ha valido la pena llegar a ese punto? ¿Está satisfecho de perecer solo por haber visto algo que quería ver? Aquella otra persona ¿Llegará igual de lejos sólo para satisfacer esa… curiosidad?”
Ranko guardó silencio por varios segundos.
—Hanamura-san. Es… Es bastante, bastante interesante. L-le da… creo… Le da un peso sumamente importante a… al conocimiento. Me hace preguntarme s-si… Si Hanamura-san e-estaría dispuesto a llegar ta… tan lejos. Como el gato.
Una última lectura le hizo darse cuenta de un par de cuestiones de ortografía, y pensó seriamente en si decirle o no. Las correcciones ortográficas podrían ser mal vistas por algunos, por lo que no sabía si tendría la sutileza suficiente como para hacer el comentario. Por otro lado, no sería muy amable dejar que Kazuma participase a sabiendas de que podrían descontarle algunos puntos por ello.
—¿Ha… Hanamura-san? N-no me lo tome a mal, es solo que… Bueno… C-creo q-que aquí… y aquí… Debería e-e-escribirse d-diferente. —Señaló en la primera línea ell “eh”, que debería ser “he” y el “juro”, que debería ser “juró”. Su dedo temblaba más que su voz, y sus ojos pronto se perdieron en la infinidad de la mesa de piedra.
—¡M-m-muchas gracias, Ha-Hanamura-san! —Le dedicó una pequeña reverencia desde su lugar. Luego intentó dar con la palabra que se le escapaba al chico —. Ahm… ¿Escalofríos? ¿Piel de gallina? Ahm… N-no se me ocurre qué puede ser… Pero creo saber a qué se refiere ¡Muchas gracias! —repitió, antes de tomar el papel donde estaba la obra del chico y acercarlo a sí.
El gato.
Ranko lo leyó detenidamente un par de veces. Al inicio fue un tanto extraño, pero conforme avanzaba en las líneas de prosa, fue comprendiendo. O al menos eso le pareció. Alguien se encontraba con un gato moribundo.
"A punto de morir se burla de las vidas que ha pasado. ¿Ha valido la pena llegar a ese punto? ¿Está satisfecho de perecer solo por haber visto algo que quería ver? Aquella otra persona ¿Llegará igual de lejos sólo para satisfacer esa… curiosidad?”
Ranko guardó silencio por varios segundos.
—Hanamura-san. Es… Es bastante, bastante interesante. L-le da… creo… Le da un peso sumamente importante a… al conocimiento. Me hace preguntarme s-si… Si Hanamura-san e-estaría dispuesto a llegar ta… tan lejos. Como el gato.
Una última lectura le hizo darse cuenta de un par de cuestiones de ortografía, y pensó seriamente en si decirle o no. Las correcciones ortográficas podrían ser mal vistas por algunos, por lo que no sabía si tendría la sutileza suficiente como para hacer el comentario. Por otro lado, no sería muy amable dejar que Kazuma participase a sabiendas de que podrían descontarle algunos puntos por ello.
—¿Ha… Hanamura-san? N-no me lo tome a mal, es solo que… Bueno… C-creo q-que aquí… y aquí… Debería e-e-escribirse d-diferente. —Señaló en la primera línea ell “eh”, que debería ser “he” y el “juro”, que debería ser “juró”. Su dedo temblaba más que su voz, y sus ojos pronto se perdieron en la infinidad de la mesa de piedra.
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