1/07/2019, 14:32
El anciano parecía no creer una sola palabra de lo que el chico decía. Por mas que el genin lo trató, siempre afloraba que no se le daba del todo bien conversar con personas. Al menos, poniendo énfasis y nombres para nada comunes, esperaba sacar la situación adelante. Casi se da por vencido, pero fue precisamente en ese instante que el susodicho anciano terminó explotando en una profunda carcajada. El Inuzua, confuso, tan solo pudo sostener una cordial sonrisa, una sonrisa que para nada parecía ser sincera...
¿Pero qué esperar?
No entendía lo que sucedía, hasta que el viejo se pronunció. El nombre de Yonome Kito, dicho de distinta manera podía traducirse o tergiversarse a Yo no me quito, y con esa misma información en el aire, el Inuzuka no pudo si no enrojecer cual ojo de Uchiha. Etsu acabó riendo un poco avergonzado, con una de sus manos frotando su nuca.
—Jajajajaja... si-si... supongo que dicho así, suena a que fueron bastante bromistas...
El anciano insistió, volviendo a preguntar si de veras se llamaba así. Etsu asintió, en lo cuál el chico terminó por quitarse el sombrero e inquerir a su abuelo que dejase de lado ya esa absurda broma.
El anciano rectificó su conducta, y dijo también su nombre. Solo su nombre, tal y como había pasado con la presentación del pequeño, éste también omitió su apellido. Concluyó con una pizca mas de desconfianza en sus palabras, aderezadas con un pequeño sermón al menor. No quería que se acostumbrar a que hicieran el trabajo por él, y con las mismas le pidió que se le uniera para pintar las jarras que estaba elaborando y terminando.
El chico se puso de nuevo el gorro, y tuvo que hacer un inciso. Sabiendo que se arriesgaba, preguntó al anciano si podía ser mas tarde, pues ahora tenía el compromiso de devolver el favor a Kito. El anciano se enfureció levemente, pero terminó por aceptar la petición del chico. Eso sí, remarcó que se diese prisa, que no le quería ver vagueando todo el día. Entre sus palabras, el anciano le dedicó una filosa mirada al nuevo, en lo que iba mencionando sobre aclimatarse al lugar.
«¿Éste hombre también?»
El Inuzuka hizo una leve reverencia —muchas gracias, Kankurui.
Koke sacudió la mano señalando afuera, y con ello salió Etsu de la estancia, seguido por el pequeño. Una vez fuera, eran libres. Ahora solo quedaban dos preguntas... ¿donde debían ir, y qué sabían este par sobre el asunto de los timadores?
—Bueno, señor guía... ¿qué vemos primero? —preguntó con una sonrisa.
¿Pero qué esperar?
No entendía lo que sucedía, hasta que el viejo se pronunció. El nombre de Yonome Kito, dicho de distinta manera podía traducirse o tergiversarse a Yo no me quito, y con esa misma información en el aire, el Inuzuka no pudo si no enrojecer cual ojo de Uchiha. Etsu acabó riendo un poco avergonzado, con una de sus manos frotando su nuca.
—Jajajajaja... si-si... supongo que dicho así, suena a que fueron bastante bromistas...
El anciano insistió, volviendo a preguntar si de veras se llamaba así. Etsu asintió, en lo cuál el chico terminó por quitarse el sombrero e inquerir a su abuelo que dejase de lado ya esa absurda broma.
El anciano rectificó su conducta, y dijo también su nombre. Solo su nombre, tal y como había pasado con la presentación del pequeño, éste también omitió su apellido. Concluyó con una pizca mas de desconfianza en sus palabras, aderezadas con un pequeño sermón al menor. No quería que se acostumbrar a que hicieran el trabajo por él, y con las mismas le pidió que se le uniera para pintar las jarras que estaba elaborando y terminando.
El chico se puso de nuevo el gorro, y tuvo que hacer un inciso. Sabiendo que se arriesgaba, preguntó al anciano si podía ser mas tarde, pues ahora tenía el compromiso de devolver el favor a Kito. El anciano se enfureció levemente, pero terminó por aceptar la petición del chico. Eso sí, remarcó que se diese prisa, que no le quería ver vagueando todo el día. Entre sus palabras, el anciano le dedicó una filosa mirada al nuevo, en lo que iba mencionando sobre aclimatarse al lugar.
«¿Éste hombre también?»
El Inuzuka hizo una leve reverencia —muchas gracias, Kankurui.
Koke sacudió la mano señalando afuera, y con ello salió Etsu de la estancia, seguido por el pequeño. Una vez fuera, eran libres. Ahora solo quedaban dos preguntas... ¿donde debían ir, y qué sabían este par sobre el asunto de los timadores?
—Bueno, señor guía... ¿qué vemos primero? —preguntó con una sonrisa.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~