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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#2
...y además, Zetsuo acababa de detectar un olor muy especial. Algo debió darle un vuelco al estómago. Era un olor dulzón a lavanda, pero con matices ácidos. El olor de un perfume muy concreto, que por alguna razón conocía muy bien.

¡Plas!

Alguien le dio un manotazo al médico por la espalda. Una mujer. Esa mujer. Ataviada con un vestido de playa morado y con un bolso con un estampado de girasoles colgado del hombro, Amedama Kiroe le observaba con sus ojos púrpuras bajo aquella pamela enorme de paja, en lo que parecía ser la coincidencia más grande, inesperada y molesta de toda su vida.

¡¡HOMMMBREEEE, VECINO!! —exclamó a los cuatro vientos—. ¡Pero mira qué bien! ¡Cuando llegué aquí esta mañana me dije, "jolín, qué abandonado está esto, cómo voy a aburrirme"! ¡¡Fíjate tú, coincidir en la otra punta del mundo, eh!! ¡Y encima en la casita de enfrente!


· · ·


Un muchachito despeinado, de ojos extraños y blancos como la nieve, vestido con un bañador naranja, unas chanclas azules y una camiseta verde dio un brinco cuando la puerta se abrió de golpe. El libro que estaba leyendo se le cayó de las manos y directo al sofá. Se inclinó un poco para ver.

¿Hola...? —dijo, luego abrió los ojos y la boca, atónito—. ¿A... Ayame-san? ¿Qué haces... aquí?
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
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Mensajes en este tema
¿Al fin un poco de calma? - por Aotsuki Ayame - 1/07/2019, 19:01
RE: ¿Al fin un poco de calma? - por Amedama Daruu - 2/07/2019, 23:03


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