6/07/2019, 23:36
El chico pareció sorprenderse de que el tipo hubiese regresado, aunque mas que sorprendido, quedó dubitativo. Parecía querer decir algo, pero no lograba encontrar las palabras. O bien aún no confiaba en el Inuzuka, que también es posible. Se tomó su tiempo, pero al final, caminó hacia Etsu mordiéndose el labio, así como apretando sus puños. Casi parecía dispuesto a usarlos, pero en última instancia, acabó por mirando a ambos lados, buscando si podía permitirse el lujo de hablar. El chico imaginó que Rao ya le habría advertido, pero ante todo no perdió la oportunidad de hacerlo él también. Los Cuatro siempre te encuentran. Y casi zanjando el tema, concluyó ofreciendo su ayuda en el caso de que la necesitase.
Etsu sonrió, y se atrevió a posar la mano sobre el hombro del joven para reconfortarlo —tranquilo, no hay de qué preocuparse. Llámame loco, pero esto deseando conocer a ese tal... Búho.
Dicho eso, buscando saber si el chico tenía algo más que pudiese contarle, el Inuzuka comenzaría a caminar hacia el mercado central. Bueno, hacia el único mercado a decir verdad. Ya había gastado un buen tiempo, y era hora de acabar de comprar y regresar a casa. Les habían dado tiempo suficiente como para ponerse al día de sus asuntos, lo que no deseaban era que llegasen los bandidos y estar aún ellos fuera. Si bien iba pregonando a los 4 vientos que había regresado Rao, Los Cuatro no tardarían en saberlo.
—Bueno, tengo que comprar algunas cosillas. Puedes hacer como quieras, no quiero que tu abuelo te reproche después que estés fuera...
Etsu sonrió, y se atrevió a posar la mano sobre el hombro del joven para reconfortarlo —tranquilo, no hay de qué preocuparse. Llámame loco, pero esto deseando conocer a ese tal... Búho.
Dicho eso, buscando saber si el chico tenía algo más que pudiese contarle, el Inuzuka comenzaría a caminar hacia el mercado central. Bueno, hacia el único mercado a decir verdad. Ya había gastado un buen tiempo, y era hora de acabar de comprar y regresar a casa. Les habían dado tiempo suficiente como para ponerse al día de sus asuntos, lo que no deseaban era que llegasen los bandidos y estar aún ellos fuera. Si bien iba pregonando a los 4 vientos que había regresado Rao, Los Cuatro no tardarían en saberlo.
—Bueno, tengo que comprar algunas cosillas. Puedes hacer como quieras, no quiero que tu abuelo te reproche después que estés fuera...
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~