9/07/2019, 22:35
Antes de que Etsu pudiese marchar hacia el mercado, Koke llamó su atención y detuvo su huida. Aún parecía desubicado, dubitativo... pero finalmente se decidió. Tras meditarlo por un instante, dijo que había algo que quería contarle, pero que ese no era un lugar apropiado. De hecho, al parecer se había dejado sin mostrar un último lugar del poblado, y sería allí donde podrían hablar.
—V-vale —aceptó el Inuzuka, y comenzó a caminar tras el chico. Ambos, seguidos de Akane, caminaron un trecho hasta topar casi de frente con la casa del médico, del matasanos más bien. Pero no fue a parar allí el caminar, el destino estaba un poco más adelante, donde el bosque daba lugar. En cierto momento, pararon frente a un árbol un tanto singular. De éste árbol, colgaba una liana, de la cuál Koke tiró y como por arte de magia, cayó una escalera de sogas.
—¡Ostras! —el Inuzuka, sorprendido intentó tomar visión del lugar acercándose un poco mas, y fue entonces que el chico confesó que ese era su lugar secreto.
»Pues es una pasada...
Fue a apoyar la pierna, agarrándose férreamente con ambas manos —con permiso. —Con las mismas, tomó aire y miró hacia arriba en lo que iba subiendo las escaleras. Tramo a tramo de soga, iba adentrándose en la fortaleza secreta del chico, la cuál resultó casi de la misma condición que su casa. Bueno, ésta estaba un poco más ordenada, dado el poco mobiliario de la misma.
Koke no titubeó una vez arriba, donde suponía que nadie les escucharía. El chico sentenció las acciones de Los Cuatro como pura desgracia, y recalcó que no opinaba como el resto de los adultos, que le bailaban al son a esos bandidos. Había invitado a Etsu a subir porque le había recordado a un viejo amigo, y decía que habían cosas de esos bandidos que debía entender. Etsu se tomó bastante confianza, y terminó por sentarse en uno de esos cojines.
—Por lo que puedo entender, ese viejo amigo tuyo también sufrió algunos percances a causa de no aceptar las cosas tal y como querían éstos tipejos, ¿no? —se atrevió a preguntar. —No creo que Los Cuatro estén haciendo ningún bien, la verdad... pero bueno, en algún momento toparán con alguien que les pueda hacer frente. Y puede que ese día esté más próximo de lo que esperan.
«¿Me habré pasado al confiar en éste chico?»
—V-vale —aceptó el Inuzuka, y comenzó a caminar tras el chico. Ambos, seguidos de Akane, caminaron un trecho hasta topar casi de frente con la casa del médico, del matasanos más bien. Pero no fue a parar allí el caminar, el destino estaba un poco más adelante, donde el bosque daba lugar. En cierto momento, pararon frente a un árbol un tanto singular. De éste árbol, colgaba una liana, de la cuál Koke tiró y como por arte de magia, cayó una escalera de sogas.
—¡Ostras! —el Inuzuka, sorprendido intentó tomar visión del lugar acercándose un poco mas, y fue entonces que el chico confesó que ese era su lugar secreto.
»Pues es una pasada...
Fue a apoyar la pierna, agarrándose férreamente con ambas manos —con permiso. —Con las mismas, tomó aire y miró hacia arriba en lo que iba subiendo las escaleras. Tramo a tramo de soga, iba adentrándose en la fortaleza secreta del chico, la cuál resultó casi de la misma condición que su casa. Bueno, ésta estaba un poco más ordenada, dado el poco mobiliario de la misma.
Koke no titubeó una vez arriba, donde suponía que nadie les escucharía. El chico sentenció las acciones de Los Cuatro como pura desgracia, y recalcó que no opinaba como el resto de los adultos, que le bailaban al son a esos bandidos. Había invitado a Etsu a subir porque le había recordado a un viejo amigo, y decía que habían cosas de esos bandidos que debía entender. Etsu se tomó bastante confianza, y terminó por sentarse en uno de esos cojines.
—Por lo que puedo entender, ese viejo amigo tuyo también sufrió algunos percances a causa de no aceptar las cosas tal y como querían éstos tipejos, ¿no? —se atrevió a preguntar. —No creo que Los Cuatro estén haciendo ningún bien, la verdad... pero bueno, en algún momento toparán con alguien que les pueda hacer frente. Y puede que ese día esté más próximo de lo que esperan.
«¿Me habré pasado al confiar en éste chico?»
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~