14/07/2019, 16:30
Entrenar era importante, y más para unos ninjas tan dedicados como los de Kusagakure, eso estaba claro. Aun así, el descanso también se necesitaba, y Juro lo había tenido claro desde siempre. Desconectar unos días entre entrenamiento y entrenamiento no solo mejoraba el rendimiento, sino la capacidad de respuesta, la concentración, y muchas otras cosas más.
Pero claro, irse solo era aburrido. Por eso había elegido unas fechas marcadas, donde sabía que mucha gente se marcharía. El verano era la estación perfecta.
Lo único que necesitaba era un compañero de viaje. Pero para eso, ya tenía a su fiel amigo Yota. No le había costado demasiado convencerle para marcharse, aunque había tenido que usar un par de artimañas para que no sospechase nada. Afortunadamente, a su madre le había encantado la idea, y una vez convencida ella, él tampoco había podido oponer mucha resistencia. Él tampoco estaba solo, claro. Su hermana había venido. Era una de las pocas veces dónde todos habían podido reunirse y viajar. Juro había comprobado como pasar unos días con su hermana, su amigo y su familia era algo agradable. Casi una paz que no se habría atrevido a imaginar.
Ahora mismo, estaban disfrutando de un coctel en un chiringito a nivel de playa. Su hermana ya llevaba cinco o seis. Juro por su parte, iba por el primero. Lo degustaba lentamente. No estaba mal.
Fue entonces cuando Yota le llamó la atención.
— Oye, Jurete, ¿ese no es el loco que se tiró con Datsue en el estadio de Uzushio?
Juro forzó la vista, y efectivamente, lo vio. Tenía razón. Además de eso, escuchó el grito de otro chico que también le resultó familiar.
— Pues sí, es Inuzuka-san. Y ese de ahí también te sonará, espero. Es un poco suicida también, pero Daigo-kun es nuestro amigo igualmente — bromeó Juro, viendo a ambos —. ¡Qué casualidad! ¡Vamos a saludarles! ¡Venga!
Se despidió de la madre de Yota y de su hermana, y trató de acercarse a sus compañeros de villa, con la mano en alto y un saludo preparado.
Pero claro, irse solo era aburrido. Por eso había elegido unas fechas marcadas, donde sabía que mucha gente se marcharía. El verano era la estación perfecta.
Lo único que necesitaba era un compañero de viaje. Pero para eso, ya tenía a su fiel amigo Yota. No le había costado demasiado convencerle para marcharse, aunque había tenido que usar un par de artimañas para que no sospechase nada. Afortunadamente, a su madre le había encantado la idea, y una vez convencida ella, él tampoco había podido oponer mucha resistencia. Él tampoco estaba solo, claro. Su hermana había venido. Era una de las pocas veces dónde todos habían podido reunirse y viajar. Juro había comprobado como pasar unos días con su hermana, su amigo y su familia era algo agradable. Casi una paz que no se habría atrevido a imaginar.
Ahora mismo, estaban disfrutando de un coctel en un chiringito a nivel de playa. Su hermana ya llevaba cinco o seis. Juro por su parte, iba por el primero. Lo degustaba lentamente. No estaba mal.
Fue entonces cuando Yota le llamó la atención.
— Oye, Jurete, ¿ese no es el loco que se tiró con Datsue en el estadio de Uzushio?
Juro forzó la vista, y efectivamente, lo vio. Tenía razón. Además de eso, escuchó el grito de otro chico que también le resultó familiar.
— Pues sí, es Inuzuka-san. Y ese de ahí también te sonará, espero. Es un poco suicida también, pero Daigo-kun es nuestro amigo igualmente — bromeó Juro, viendo a ambos —. ¡Qué casualidad! ¡Vamos a saludarles! ¡Venga!
Se despidió de la madre de Yota y de su hermana, y trató de acercarse a sus compañeros de villa, con la mano en alto y un saludo preparado.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60