16/07/2019, 22:44
Daruu avanzó tranquilamente hacia el libro que, abierto, había dejado sobre la hierba. Los Tres Secretos del Ninja del Viento, una novela de aventuras a la que se había enganchado, y que relataba los viajes de un ninja de la antigua Sunagakure. El muchacho sujetó el polo con la boca, tomó la historia por el lomo y, con cuidado de no perder la página, botó con delicados pasitos hacia la puerta. Al fin estaría un rato tranquilo.
Kiroe se agachó junto a Kori y le revolvió el pelo.
—Lo siento, pequeño —dijo—. Los ingredientes son difíciles de transportar y no me he traído ninguno hecho. Si hubiera sabido que ibas a venir...
»¡Oh, Ayame!
Kiroe se reincorporó, aunque con dificultad. A medio camino, se agarró la boca del estómago y gimió de dolor.
—¿Te gusta el helado, pequeñaja? —Guiñó un ojo.
Kiroe se agachó junto a Kori y le revolvió el pelo.
—Lo siento, pequeño —dijo—. Los ingredientes son difíciles de transportar y no me he traído ninguno hecho. Si hubiera sabido que ibas a venir...
»¡Oh, Ayame!
Kiroe se reincorporó, aunque con dificultad. A medio camino, se agarró la boca del estómago y gimió de dolor.
—¿Te gusta el helado, pequeñaja? —Guiñó un ojo.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)