18/07/2019, 13:44
Juro palideció al darse cuenta de que la anciana les había escuchado. Maldita sea. Ahora no solo había quedado claro la imbecilidad de su compañero, sino su falta de autoridad. No solo estaban causando una mala imágen delante de esa mujer, sino delante de todo el palacio del señor feudal, al que seguro que informaría de lo que había pasado.
Le temblaban las manos, de pura rabia. Todo estaba saliendo horriblemente mal.
« Es su culpa » — pensó, mirando a Yota. Sí, puede que el perro le hubiese mordido. Sí, puede que él no quisiera disculparse con ella. Juro lo conocía y lo sabía. Lo entendía. Pero Yota tenía que tener cerebro, y tenía que entender lo mucho que la necesitaban en ese momento.
Su compañero se había pasado de la ralla en el mismo instante en que había desobedecido una orden directa de él.
No era la primera vez que cuestionaba su autoridad, claro. En ese momento no le había prestado importancia (aunque debería haberlo hecho, pensó más tarde, arrepentido), puesto que había pensado que en un momento clavo el chico no lo haría. Pero ahí estaba. Un momento muy importante, dónde incluso la vida de su compañero corría peligro (a pequeña escala, pero una herida era una herida). Y otra vez, le acababa de desobeceder.
— Yota — repitió, claramente molesto. Clavó sus ojos en el chico. Aunque Juro no lo supiera, debía de empezar a sentirse mareado por la herida. Los ojos de Juro no podían mostrar un mayor cabreo en ese momento —. Eso no era una sugerencia, ni un consejo de amigo. Era una orden que te he dado como superior. Me dan igual tus motivos. Por mí como si te tragas todo tu maldito orgullo. Si te mando una orden es porque es importante y tienes que hacerlo. Vas a disculparte ante esa mujer antes de que se marche.
» ¿O es que vas a cometer insubordinación?
Le temblaban las manos, de pura rabia. Todo estaba saliendo horriblemente mal.
« Es su culpa » — pensó, mirando a Yota. Sí, puede que el perro le hubiese mordido. Sí, puede que él no quisiera disculparse con ella. Juro lo conocía y lo sabía. Lo entendía. Pero Yota tenía que tener cerebro, y tenía que entender lo mucho que la necesitaban en ese momento.
Su compañero se había pasado de la ralla en el mismo instante en que había desobedecido una orden directa de él.
No era la primera vez que cuestionaba su autoridad, claro. En ese momento no le había prestado importancia (aunque debería haberlo hecho, pensó más tarde, arrepentido), puesto que había pensado que en un momento clavo el chico no lo haría. Pero ahí estaba. Un momento muy importante, dónde incluso la vida de su compañero corría peligro (a pequeña escala, pero una herida era una herida). Y otra vez, le acababa de desobeceder.
— Yota — repitió, claramente molesto. Clavó sus ojos en el chico. Aunque Juro no lo supiera, debía de empezar a sentirse mareado por la herida. Los ojos de Juro no podían mostrar un mayor cabreo en ese momento —. Eso no era una sugerencia, ni un consejo de amigo. Era una orden que te he dado como superior. Me dan igual tus motivos. Por mí como si te tragas todo tu maldito orgullo. Si te mando una orden es porque es importante y tienes que hacerlo. Vas a disculparte ante esa mujer antes de que se marche.
» ¿O es que vas a cometer insubordinación?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60