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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
La conversación tomó un giro algo peculiar. El dueño le habló de su adorada esposa, la cuál ya había fallecido, quién le ayudó a construir aquella taberna, hacía ya un buen tiempo. Juro sonrió, puesto que estaba seguro de que pensar eso le estaba provocando un recuerdo agradable a aquel hombre. Así eran esa clase de recuerdos, tiernos y efímeros. Venían y se iban, pero siempre dejaban buen sabor de boca.

Sin embargo, ambas muchachas (que debían ser sus hijas) comenzaron a afirmar que su padre no había deseado que formaran parte del negocio familiar, mencionando que él hubiera preferido que fueran ninjas.

«Vaya, eso sí que es una novedad » — Era la primera vez, definitivamente, que un progenitor deseaba que sus hijos fueran shinobis. Claro, era un oficio bonito y veias mucho mundo, pero la posibilidad de una muerte prematura estaba ahí, y generalmente, se solían centrar en eso. Por ello, le sorprendió bastante.

— Bueno, lo que dice Kazuma-kun es cierto. No es necesario nacer con una habilidad especial, o un increíble talento para serlo, aunque desde luego ayude. Cualquiera con una voluntad fuerte y un deseo por superarse puede hacerlo — dijo Juro, encogiéndose de hombros —. Todo comienza en la voluntad de uno mismo, y en entender lo que quiere. Si así lo deseais, no dudeis en preguntarme lo que querais. Haré lo que buenamente pueda para contestaros.

Clavó su mirada en ambas chicas. Desde luego, la decisión era suya.

» Aun así, tengo algo de curiosidad por esas "facultades" que mi alumno ha mencionado, si no es una pregunta muy indiscreta.
Hablo / Pienso

Avatar hecho por la increible Eri-sama.

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Sellos implantados: Hermandad intrepida
  • Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60
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Mensajes en este tema
Un encargo en la gran ciudad - por Eikyuu Juro - 21/12/2018, 16:09
RE: Un encargo en la gran ciudad - por Eikyuu Juro - 25/07/2019, 23:35


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