19/11/2015, 01:21
Datsue pensó que su respuesta había dejado bastante claro a la kunoichi que su presencia no era bien recibida. Por lo visto, se equivocó.
- Considerando que estamos frente al árbol sagrado... Mucho. - Respondió a secas.
“¿Pero qué cojones dice?” Datsue se quedó a medio camino entre responder y no hacerlo, con la boca abierta, pues la situación lo había pillado desprevenido. No era muy común que una desconocida se parase a preguntarle qué hacía, y menos con tanta insistencia.
- ¿Y bien...?
“¿Y bien? ¿Pero cómo que y bien? ¿Aún por encima con exigencias? Pero esta de qué va…” Notó como el fuego de la indignación inundaba sus venas y abrasaba sus entrañas. Aquello era demasiado. No iba a consentir que una niñita le hablase de aquel modo.
—No me gustas —le soltó de golpe—. No me gusta tu cara pintada, no me gusta tu voz estridente y mucho menos me gustan las palabras que forman. ¿Cómo que y bien? —le preguntó encarándola—. ¿Pero quién te crees que eres para exigirme a mí nada?
Estaba furioso, quizá más de lo que la situación ameritaba, pero aquella chica había conseguido sacarle de quicio en tiempo récord, con sus aires de superioridad y exigencias.
- Considerando que estamos frente al árbol sagrado... Mucho. - Respondió a secas.
“¿Pero qué cojones dice?” Datsue se quedó a medio camino entre responder y no hacerlo, con la boca abierta, pues la situación lo había pillado desprevenido. No era muy común que una desconocida se parase a preguntarle qué hacía, y menos con tanta insistencia.
- ¿Y bien...?
“¿Y bien? ¿Pero cómo que y bien? ¿Aún por encima con exigencias? Pero esta de qué va…” Notó como el fuego de la indignación inundaba sus venas y abrasaba sus entrañas. Aquello era demasiado. No iba a consentir que una niñita le hablase de aquel modo.
—No me gustas —le soltó de golpe—. No me gusta tu cara pintada, no me gusta tu voz estridente y mucho menos me gustan las palabras que forman. ¿Cómo que y bien? —le preguntó encarándola—. ¿Pero quién te crees que eres para exigirme a mí nada?
Estaba furioso, quizá más de lo que la situación ameritaba, pero aquella chica había conseguido sacarle de quicio en tiempo récord, con sus aires de superioridad y exigencias.