21/08/2019, 23:50
(Última modificación: 21/08/2019, 23:54 por Inoue Bant. Editado 1 vez en total.
Razón: Separación de párrafos
)
Cuando la chica vio el dibujo por primera vez, Bant pudo sentir cómo el tempo se aceleraba ligeramente. "Quizás no debí moverme hasta que la canción acabase".
Una vez se acercó, ella detuvo la música. Tras un breve instante de respiración, le agradeció por su obra, con un tono dubitativo, casi tembloroso. "Definitivamente, debí esperarme a que acabara... Así que Ranko... No me suena su nombre."
No era rara esta situación, toda la memoria que tenía para sus estudios y el arte, restaba totalmente desaparecida cuando se trataba de caras o nombres.
—No hay de qué. —dijo mientras se frotaba el pelo con una mano—El dibujo pertenece a aquél que lo ha inspirado, yo soy solo un intérprete con una mano capaz de plasmar esa inspiración.—En cuanto acabó la frase, se arrepintió de ella. Siempre hablaba de una forma tan rebuscada... Que la mitad de las veces intimidaba, y la otra mitad, repelía.
Decidió remontar tras esa perla de frase y mostrarse más cercano. Pensó que debía presentarse ante todo, y tratar de ayudarla en su nerviosismo de forma pasiva, por ejemplo, evitando la cortesía de dar la mano, gesto que para muchos puede presentar dificultades.
—Yo soy Bant. Inoue Bant. Encantado de conocerte—Cuando la miró de cerca, pudo observar que era una chica alta, lo cual le sorprendió por un instante (pensamiento que se disipó en cuanto recordó que entre los chicos nunca ha destacado por su altura).
"Primer objetivo conseguido, ahora sólo debo buscar un tema de conversación adecuado para la situación..." Su mirada descendió del rostro ligeramente cabizbajo de Ranko y se topó con un Hitai-ate decorado con el símbolo de Kusagakure. —Veo que eres una kunoichi de la aldea, y por tu edad y tu vestimenta deduzco que eres... ¿Genin? En todo caso, yo lo soy.—Separó su flequillo, siempre despeinado, dejando a la vista su bandana. Entonces llegó a una conclusión: todavía no había visto a nadie sentir el arte de esa forma dentro de la academia. Sonrió.—¡Es genial ver a otros artistas entre los ninjas de la aldea!
Una vez se acercó, ella detuvo la música. Tras un breve instante de respiración, le agradeció por su obra, con un tono dubitativo, casi tembloroso. "Definitivamente, debí esperarme a que acabara... Así que Ranko... No me suena su nombre."
No era rara esta situación, toda la memoria que tenía para sus estudios y el arte, restaba totalmente desaparecida cuando se trataba de caras o nombres.
—No hay de qué. —dijo mientras se frotaba el pelo con una mano—El dibujo pertenece a aquél que lo ha inspirado, yo soy solo un intérprete con una mano capaz de plasmar esa inspiración.—En cuanto acabó la frase, se arrepintió de ella. Siempre hablaba de una forma tan rebuscada... Que la mitad de las veces intimidaba, y la otra mitad, repelía.
Decidió remontar tras esa perla de frase y mostrarse más cercano. Pensó que debía presentarse ante todo, y tratar de ayudarla en su nerviosismo de forma pasiva, por ejemplo, evitando la cortesía de dar la mano, gesto que para muchos puede presentar dificultades.
—Yo soy Bant. Inoue Bant. Encantado de conocerte—Cuando la miró de cerca, pudo observar que era una chica alta, lo cual le sorprendió por un instante (pensamiento que se disipó en cuanto recordó que entre los chicos nunca ha destacado por su altura).
"Primer objetivo conseguido, ahora sólo debo buscar un tema de conversación adecuado para la situación..." Su mirada descendió del rostro ligeramente cabizbajo de Ranko y se topó con un Hitai-ate decorado con el símbolo de Kusagakure. —Veo que eres una kunoichi de la aldea, y por tu edad y tu vestimenta deduzco que eres... ¿Genin? En todo caso, yo lo soy.—Separó su flequillo, siempre despeinado, dejando a la vista su bandana. Entonces llegó a una conclusión: todavía no había visto a nadie sentir el arte de esa forma dentro de la academia. Sonrió.—¡Es genial ver a otros artistas entre los ninjas de la aldea!
—Hablo—”Pienso”