20/11/2015, 22:04
La chica ya no sabía qué decir, como reaccionar, no entendía nada de lo que pasaba y tampoco se esperó que alguna vez en su vida alguien la trataría como a una persona normal, estaba bastante convencida de que lo que había dicho el tal Blame iba a ser realidad en poco tiempo o mejor dicho, pensaba que en gran medida aquello se había cumplido.
Pero justo cuando supuso que estaba completamente sola en el mundo se aparece Reiji, relatando perfectamente la realidad. Efectivamente como había dicho, Ritsuko optó por ocultar su rostro con maquillaje y una máscara que para ella simbolizaba lo que ella era, un bicho raro próximo a morir y que claro, nadie recordaría al no saber exactamente qué era lo que se escondía debajo de la máscara.
- Acepta... Acepta Ritsuko... - Seguía repitiendo su propia madre con un eco ensordecedor que no hacía más que molestarla.
Reiji no se quedó quieto, en ningún momento le había soltado la mano y la había guiado hasta el pecho ajeno para así sentir lo agitado de ese corazón, en primera instancia Ritsuko no entendió por qué estaba así si no había estado corriendo ni nada por el estilo, pero luego recordó una de las cosas que su madre le había enseñado y eso era, uno de los motivos por el que un corazón se aceleraría.
La kunoichi seguía temblando, ruborizada y muy nerviosa, pero al final logró articular palabra. - Puedo... ¿Abrazarte...? - Dijo con un tono tembloroso y lleno de miedo, prefirió mantenerse cabizbaja al momento de decir aquello, por el simple hecho de que un par de lágrimas ennegrecidas por culpa del maquillaje se habían deslizado por cada mejilla.
Puede que cualquier otra simplemente hubiese actuado en lugar de preguntar, pero la pelirroja llevaba en claro que muchas personas preferían evitar el contacto físico en especial con lo que ella llamaba 'bichos raros'. Incluso es posible que el chico se arrepintiese de todo lo que había dicho si simplemente iba y lo hacía así que prefería evitar 'espantarlo' a toda costa.
Pero justo cuando supuso que estaba completamente sola en el mundo se aparece Reiji, relatando perfectamente la realidad. Efectivamente como había dicho, Ritsuko optó por ocultar su rostro con maquillaje y una máscara que para ella simbolizaba lo que ella era, un bicho raro próximo a morir y que claro, nadie recordaría al no saber exactamente qué era lo que se escondía debajo de la máscara.
- Acepta... Acepta Ritsuko... - Seguía repitiendo su propia madre con un eco ensordecedor que no hacía más que molestarla.
Reiji no se quedó quieto, en ningún momento le había soltado la mano y la había guiado hasta el pecho ajeno para así sentir lo agitado de ese corazón, en primera instancia Ritsuko no entendió por qué estaba así si no había estado corriendo ni nada por el estilo, pero luego recordó una de las cosas que su madre le había enseñado y eso era, uno de los motivos por el que un corazón se aceleraría.
La kunoichi seguía temblando, ruborizada y muy nerviosa, pero al final logró articular palabra. - Puedo... ¿Abrazarte...? - Dijo con un tono tembloroso y lleno de miedo, prefirió mantenerse cabizbaja al momento de decir aquello, por el simple hecho de que un par de lágrimas ennegrecidas por culpa del maquillaje se habían deslizado por cada mejilla.
Puede que cualquier otra simplemente hubiese actuado en lugar de preguntar, pero la pelirroja llevaba en claro que muchas personas preferían evitar el contacto físico en especial con lo que ella llamaba 'bichos raros'. Incluso es posible que el chico se arrepintiese de todo lo que había dicho si simplemente iba y lo hacía así que prefería evitar 'espantarlo' a toda costa.