31/08/2019, 13:47
Pero aquella endemoniada mujer no se iba a dar por vencida. Por supuesto que no. Puede que hiciera los pastelitos más dulces del mundo, pero la lengua de aquella mujer era veneno puro:
—¿Sabes? Daruu-kun ya sabe usar el Byak...
Kiroe no llegaría a terminar la frase. Zetsuo se aferró con todas sus fuerzas al lomo del águila y se tumbó bruscamente hacia un lado, obligando a Ramu a dar una vuelta sobre su propio eje. Su intención estaba más que claro: pillar a Kiroe por sorpresa y arrojarla al mar. El resto del viaje tendría que hacerlo a pie. O nadando.
Aquel maldito mocoso ya sabía utilizar el Ojo Blanco de los Hyuga. Y Ayame, mientras tanto, ni siquiera había despertado su sangre Hozuki. No sólo eso, ni siquiera había conseguido dominar los principios básicos del Ninjutsu, ¡y ya no hablemos de cuando intentó enseñarle algo de Genjutsu o de técnicas médicas!
«¡Maldita sea!» Gruñó para sí.
—¿Sabes? Daruu-kun ya sabe usar el Byak...
Kiroe no llegaría a terminar la frase. Zetsuo se aferró con todas sus fuerzas al lomo del águila y se tumbó bruscamente hacia un lado, obligando a Ramu a dar una vuelta sobre su propio eje. Su intención estaba más que claro: pillar a Kiroe por sorpresa y arrojarla al mar. El resto del viaje tendría que hacerlo a pie. O nadando.
Aquel maldito mocoso ya sabía utilizar el Ojo Blanco de los Hyuga. Y Ayame, mientras tanto, ni siquiera había despertado su sangre Hozuki. No sólo eso, ni siquiera había conseguido dominar los principios básicos del Ninjutsu, ¡y ya no hablemos de cuando intentó enseñarle algo de Genjutsu o de técnicas médicas!
«¡Maldita sea!» Gruñó para sí.