31/08/2019, 17:12
—¿¡Pero qué están haciendo!? —exclamó Daruu, llevándose las manos a la cabeza.
Allá a lo lejos en el horizonte, Kiroe y Zetsuo parecían librar una encarnizada pelea a lomos de Ramu. El médico cargó chakra en su brazo y trató de desprenderse de la mujer, pero ésta extendió los brazos en una masa de caramelo y se aferró de nuevo a Zetsuo. Entretanto, el ave daba bandazos a izquierda y a derecha. Hasta que no pudo más.
El constante vaivén de los impulsos de los dos adultos hizo que Ramu no pudiera más y se precipitase a toda velocidad hacia la costa. Por suerte, cayó en el agua, produciendo un fuerte estallido contra el mar.
—¿¡Pero qué hacen!? —repitió Daruu, incrédulo.
Kiroe y Zetsuo fueron los primeros en salir a la superficie. La mujer tenía al hombre agarrado por la camisa.
—¡Esto ha pasado por tu insistencia en tirarme del pájaro! ¡Eres un insensato, y un cruel! —Sonrió y alzó las cejas—. Y ni siquiera has podido hacerlo sin caerte tú mismo.
El águila salió a la superficie, completamente empapada.
Allá a lo lejos en el horizonte, Kiroe y Zetsuo parecían librar una encarnizada pelea a lomos de Ramu. El médico cargó chakra en su brazo y trató de desprenderse de la mujer, pero ésta extendió los brazos en una masa de caramelo y se aferró de nuevo a Zetsuo. Entretanto, el ave daba bandazos a izquierda y a derecha. Hasta que no pudo más.
El constante vaivén de los impulsos de los dos adultos hizo que Ramu no pudiera más y se precipitase a toda velocidad hacia la costa. Por suerte, cayó en el agua, produciendo un fuerte estallido contra el mar.
—¿¡Pero qué hacen!? —repitió Daruu, incrédulo.
Kiroe y Zetsuo fueron los primeros en salir a la superficie. La mujer tenía al hombre agarrado por la camisa.
—¡Esto ha pasado por tu insistencia en tirarme del pájaro! ¡Eres un insensato, y un cruel! —Sonrió y alzó las cejas—. Y ni siquiera has podido hacerlo sin caerte tú mismo.
El águila salió a la superficie, completamente empapada.