1/09/2019, 13:51
La mujer agradeció sin reparos las disculpas de Yota. Juro suspiró para sus adentros, seguro de que al menos habían arreglado la situación. Aunque hablasen de la irrespetuosidad de los ninjas de Kusagakure, al menos se podía decir que al final sabían rectificar y cumplir con su trabajo.
« No cantes victoria hasta que esto no se cumpla » — pensó para sí. Ciertamente, decidió no soñar despierto y centrarse en lo que tenía.
Yamauchi también insinuó que Juro tenía información que debía compartir con su compañero. Se marchó, instando a que ambos hablaran, y en última instancia les dijo que podían visitar el palacio siempre y cuando se prepararan para el combate que les iba a acontecer dentro de dos días.
Juro se despidió de ella. Una vez estuvieron solos, pudo dirigirse a su compañero con más confianza.
— Tío, me muero de hambre. ¿Por qué no comemos algo y te voy explicando? — Juro se dirigiría al frigorífico y cogería lo primero que encontrase: ramen instantaneo —. ¡Mira mira, hay un montón de cosas!
Una vez elegido el manjar del que disfrutaría, se marchó al sofá con la mesa de cristal más cara que probablemente toda su casa junta, y ahí se quedó. Al principio, incómodo, al reconocer que ese lugar no era suyo, pero poco a poco, se fue acomodando. Esperó a que su compañero hiciera algo parecido.
— Bueno, — empezó a relatar Juro —, como habrás imaginado, esa anciana llamada Yamauchi es importante. Muy importante. No es por echarme flores, pero la habríamos cagado mucho si no te hubieras disculpado. Este lugar es muy serio, Yota, y no podemos permitirnos ni un desliz. Ya ves la que casi liamos. Tenerla como aliada es jodidamente necesario. No solo es la jefa de los mayordomos del palacio, sino una de las sirvientas más fieles del Señor Feudal. Ese hombre confía en ella más que en nadie, y es la que lleva los cotilleos de todo el palacio.
« De hecho, no me extrañaría que estuviera, de alguna forma, escuchando esto » — Inquieto, miró a los lados, pero no vio nada. Igualmente, bajó un poco el tono.
— Lo que te decía. Dentro de dos días, será el cumpleaños del Señor Feudal. Como ya sabes, tenemos que organizar una exhibición — explicó Juro —. Yamauchi-san me ha dicho que van a preparar un dojo interior para que podamos hacer el combate. Tendremos que luchar entre nosotros ahí.
« No cantes victoria hasta que esto no se cumpla » — pensó para sí. Ciertamente, decidió no soñar despierto y centrarse en lo que tenía.
Yamauchi también insinuó que Juro tenía información que debía compartir con su compañero. Se marchó, instando a que ambos hablaran, y en última instancia les dijo que podían visitar el palacio siempre y cuando se prepararan para el combate que les iba a acontecer dentro de dos días.
Juro se despidió de ella. Una vez estuvieron solos, pudo dirigirse a su compañero con más confianza.
— Tío, me muero de hambre. ¿Por qué no comemos algo y te voy explicando? — Juro se dirigiría al frigorífico y cogería lo primero que encontrase: ramen instantaneo —. ¡Mira mira, hay un montón de cosas!
Una vez elegido el manjar del que disfrutaría, se marchó al sofá con la mesa de cristal más cara que probablemente toda su casa junta, y ahí se quedó. Al principio, incómodo, al reconocer que ese lugar no era suyo, pero poco a poco, se fue acomodando. Esperó a que su compañero hiciera algo parecido.
— Bueno, — empezó a relatar Juro —, como habrás imaginado, esa anciana llamada Yamauchi es importante. Muy importante. No es por echarme flores, pero la habríamos cagado mucho si no te hubieras disculpado. Este lugar es muy serio, Yota, y no podemos permitirnos ni un desliz. Ya ves la que casi liamos. Tenerla como aliada es jodidamente necesario. No solo es la jefa de los mayordomos del palacio, sino una de las sirvientas más fieles del Señor Feudal. Ese hombre confía en ella más que en nadie, y es la que lleva los cotilleos de todo el palacio.
« De hecho, no me extrañaría que estuviera, de alguna forma, escuchando esto » — Inquieto, miró a los lados, pero no vio nada. Igualmente, bajó un poco el tono.
— Lo que te decía. Dentro de dos días, será el cumpleaños del Señor Feudal. Como ya sabes, tenemos que organizar una exhibición — explicó Juro —. Yamauchi-san me ha dicho que van a preparar un dojo interior para que podamos hacer el combate. Tendremos que luchar entre nosotros ahí.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60