22/11/2015, 15:12
- Y eso ya es decir... - Respondió la madre de Ritsuko respecto a su último comentario puesto que la chica ya estaba prácticamente sola incluso dentro de la aldea, aunque prefería aparentar que poco le importaba, más que nada para no darle la satisfacción a cierta gente.
El dialogo con el ente inexistente no duró demasiado puesto que la pelirroja no estaba con el mejor estado de ánimo en ese mismo instante como para tener aquellos monólogos suyos, además que poco después de que llegase al puente la voz del chico la hizo detenerse.
Con suma seriedad, la kunoichi se volteó y miró al chico con una mirada inexpresiva. Respecto a lo que él le dijera, daba igual, lo hecho hecho estaba por ende no sería tan sencillo que su ánimo volviese de forma tan espontánea.
—Responderé a tu pregunta, si todavía quieres
Fue lo primero que dijo luego de haberse disculpado, a lo que Ritsuko con frialdad respondió. - Ya quedó claro que no le harías nada al árbol. - Ahora sería ella quien tratase con desprecio, más que nada para intentar enseñarle lo molesto y deprimente que puede llegar a ser que un completo desconocido lo hiciera.
Te contaré un secreto sobre el Árbol Sagrado que muy pocos de esta aldea conocen.
Agregó el chico como si estuviese desesperado por retener a la pelirroja allí. - ¿Qué será? ¿La historia de la fundación de la aldea o de como creció el árbol? - Preguntó ella escondiendo que en el fondo de su ser sentía suma curiosidad por aquel relato. ~ Pero él no tiene por qué saberlo... ~ Se decía a si misma mientras intentaba mantener su postura de 'chica ofendida'.
El dialogo con el ente inexistente no duró demasiado puesto que la pelirroja no estaba con el mejor estado de ánimo en ese mismo instante como para tener aquellos monólogos suyos, además que poco después de que llegase al puente la voz del chico la hizo detenerse.
Con suma seriedad, la kunoichi se volteó y miró al chico con una mirada inexpresiva. Respecto a lo que él le dijera, daba igual, lo hecho hecho estaba por ende no sería tan sencillo que su ánimo volviese de forma tan espontánea.
—Responderé a tu pregunta, si todavía quieres
Fue lo primero que dijo luego de haberse disculpado, a lo que Ritsuko con frialdad respondió. - Ya quedó claro que no le harías nada al árbol. - Ahora sería ella quien tratase con desprecio, más que nada para intentar enseñarle lo molesto y deprimente que puede llegar a ser que un completo desconocido lo hiciera.
Te contaré un secreto sobre el Árbol Sagrado que muy pocos de esta aldea conocen.
Agregó el chico como si estuviese desesperado por retener a la pelirroja allí. - ¿Qué será? ¿La historia de la fundación de la aldea o de como creció el árbol? - Preguntó ella escondiendo que en el fondo de su ser sentía suma curiosidad por aquel relato. ~ Pero él no tiene por qué saberlo... ~ Se decía a si misma mientras intentaba mantener su postura de 'chica ofendida'.