6/09/2019, 00:29
(Última modificación: 6/09/2019, 00:30 por Yamanaka Karamaru.)
Dos hablaron, una calló. Karamaru suspiró ante el silencio que se hizo luego aún dudando de si la información que le había dado el señor se podía tener en cuenta. Ya que había caminado tanto podía caminar un poco más para comprobarlo, pero bastante enojado estaba ya con no poder encontrar la carta como para seguir indicaciones falsas.
— A ver, vamos por partes, uno por uno. Que parecen tres salames que les cuesta razonar.— no lo decía como ofensa, las palabras sonaban con un ligero tono a broma aunque su rostro reflejaba seriedad. Bastante confunso lo hacía el amejin.
— Primero, señor, si yo llegó a ir a ese lugar y no está Yamato, yo vuelvo y le lleno la cara a bollos. Y no de esos bollos que usted vende precisamente, y eso que no soy una persona violenta. Así que confirmame bien lo que me decís, pensá bien.
Segundo, señora, la que necesita pensar es usted, no yo. Si quiere tomarse un tecito antes de decirme yo la espero, pero no me haga esperar al pedo por favor.
Karamaru se quedó mirando a ambos esperando respuestas apurándolos con la mirada para que encuentren una respuesta final para que él pueda seguir con su camino. Pero claro, en la espera se acordó de algo, la muchacha. Al no tenerla enfrente suyo con esos dos personajes medio que se le paso de largo en la mente cuestionar de nuevo a la titubeante. Sin darle importancia a lo que tuviesen para decir los vendedores empezó a caminar a paso rápido hacia la mujer, parando en seco una vez estuviese cerca, manteniendo su mirada clavada en la de ella.
— ¿Y vos? ¿Tenés o no idea? Sos la primer mina que me cruzo que no me hincha los huevos con boludeces, eso esta piola, pero necesito saber dónde está Yamato. ¿Lo conoces? ¿Conoces a alguien que lo conozca? ¿Sabes donde lo puedo encontrar? Decime que si por favor que no quiero saber más nada con esto.
— A ver, vamos por partes, uno por uno. Que parecen tres salames que les cuesta razonar.— no lo decía como ofensa, las palabras sonaban con un ligero tono a broma aunque su rostro reflejaba seriedad. Bastante confunso lo hacía el amejin.
— Primero, señor, si yo llegó a ir a ese lugar y no está Yamato, yo vuelvo y le lleno la cara a bollos. Y no de esos bollos que usted vende precisamente, y eso que no soy una persona violenta. Así que confirmame bien lo que me decís, pensá bien.
Segundo, señora, la que necesita pensar es usted, no yo. Si quiere tomarse un tecito antes de decirme yo la espero, pero no me haga esperar al pedo por favor.
Karamaru se quedó mirando a ambos esperando respuestas apurándolos con la mirada para que encuentren una respuesta final para que él pueda seguir con su camino. Pero claro, en la espera se acordó de algo, la muchacha. Al no tenerla enfrente suyo con esos dos personajes medio que se le paso de largo en la mente cuestionar de nuevo a la titubeante. Sin darle importancia a lo que tuviesen para decir los vendedores empezó a caminar a paso rápido hacia la mujer, parando en seco una vez estuviese cerca, manteniendo su mirada clavada en la de ella.
— ¿Y vos? ¿Tenés o no idea? Sos la primer mina que me cruzo que no me hincha los huevos con boludeces, eso esta piola, pero necesito saber dónde está Yamato. ¿Lo conoces? ¿Conoces a alguien que lo conozca? ¿Sabes donde lo puedo encontrar? Decime que si por favor que no quiero saber más nada con esto.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘ Telepatía ◘