10/09/2019, 16:14
Juro abrió la boca, pero su compañero y subordinado no le dejó continuar. Empezó a soltar una sarta de palabras ahogadas en autocompasión, acerca de cómo debería ser el marionetista quien lo idease todo para que él no metiese la pata. Después, dio un sorbo a su comida y se largó a dormir, con un simple "descansa".
« Será gilipollas » — Desde luego, su compañero se estaba pasando de la ralla en esa misión. Estaba insoportable. Más de lo habitual.
— ¿Acaso crees que tengo un perfecto conocimiento de todas tus habilidades y técnicas? — dijo, pero Yota ya se había marchado. Juro se encogió de hombros —. En fin, lo que sea.
Terminó de comer sus fideos. Asaltó el frigorífico para tomarse el postre: un trozo de pastel de chocolate con nata. Se lavó los dientes, y después, se dio una ducha. Una vez hubo terminado, se largó a su cama y trató de conciliar el sueño. Le costó bastante: por muy cómodas que eran aquellas camas, Juro no estaba acostumbrado a ellas, y siempre le costaba horrores dormir en camas ajenas. Sin embargo, el cansancio finalmente ganó, y el marionetista durmió durante el resto de la noche.
Juro se levantó temprano. No fue intencionado: simplemente, no tenía ganas de dormir más. Se revolvió entre las sábanas y tras un rato más, decidió levantarse. Le costó un rato adaptarse otra vez al lugar: se seguía sintiendo tan fuera de lugar en aquella habitación lujosa. Podría acostumbrarse, pero para entonces, probablemente, ya se habría marchado.
Hizo el mantenimiento básico de su cuerpo: se lavó la cara, desayunó, y se vistió. Había traído ropa de más. Si no, supuso que podría lavarla en algún lugar de aquel enorme edificio. En fin, no era la mayor de sus preocupaciones.
— ¡Buenos días, Yota! — Juro siempre se levantaba de buen humor. Saludó a su compañero con una sonrisa, tratando de empezar de cero en aquel día —. ¿Qué tal estas? ¿Te apetece dar una vuelta por este lugar?
« Será gilipollas » — Desde luego, su compañero se estaba pasando de la ralla en esa misión. Estaba insoportable. Más de lo habitual.
— ¿Acaso crees que tengo un perfecto conocimiento de todas tus habilidades y técnicas? — dijo, pero Yota ya se había marchado. Juro se encogió de hombros —. En fin, lo que sea.
Terminó de comer sus fideos. Asaltó el frigorífico para tomarse el postre: un trozo de pastel de chocolate con nata. Se lavó los dientes, y después, se dio una ducha. Una vez hubo terminado, se largó a su cama y trató de conciliar el sueño. Le costó bastante: por muy cómodas que eran aquellas camas, Juro no estaba acostumbrado a ellas, y siempre le costaba horrores dormir en camas ajenas. Sin embargo, el cansancio finalmente ganó, y el marionetista durmió durante el resto de la noche.
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Juro se levantó temprano. No fue intencionado: simplemente, no tenía ganas de dormir más. Se revolvió entre las sábanas y tras un rato más, decidió levantarse. Le costó un rato adaptarse otra vez al lugar: se seguía sintiendo tan fuera de lugar en aquella habitación lujosa. Podría acostumbrarse, pero para entonces, probablemente, ya se habría marchado.
Hizo el mantenimiento básico de su cuerpo: se lavó la cara, desayunó, y se vistió. Había traído ropa de más. Si no, supuso que podría lavarla en algún lugar de aquel enorme edificio. En fin, no era la mayor de sus preocupaciones.
— ¡Buenos días, Yota! — Juro siempre se levantaba de buen humor. Saludó a su compañero con una sonrisa, tratando de empezar de cero en aquel día —. ¿Qué tal estas? ¿Te apetece dar una vuelta por este lugar?
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60