11/09/2019, 22:10
Karamaru no le dio importancia a las voces de los vendedores que sonaban de fondo. Él había visto algo raro en la muchacha que le parecía extraño y no le sacaba los ojos de encima. Sobre todo cuando empezó a escupir palabras que no tenían sentido alguno.
— ¿Pero que mierda me estás diciendo, boluda? Tá todo bien con la reverencia pero no te entiendo una verga.
Cuando la cabeza de la mujer subió el amejin se dio cuenta que era lo que le sonaba raro. Una placa de metal con el símbolo de Kusa en su cuello, eso solo podía significar una cosa. Karamaru se calló ahora que la kusajin empezaba a tartamudear algo ligeramente entendible pensando en que tipo de quilombo se podía haber metido si ella se enojaba. Si empezaban a pelear tal vez que Yui se enteraba y le sacaba el trabajo, y perdería el dinero que necesitaba. No podía llegar a ese punto, por más que no pareciera un gran peligro la kusajin.
— Uuuh, si lo que quieras, lo que te pinte, no sabía que eras kunoichi, perdona. No te me pongas la gorra, no bardees, dejemos todo tranqui que si metemos bardo y se entera la doña... bueno nada, mejor no meter a la doña Arashikage.— hizo una pausa pensando en qué hacer. Devolvió rápida y torpemente el saludo y se rascó la nuca. Mejor era seguir hablando para no meterse en el tema de que era kusajin.
— ¿Todo bien? ¿Todo piola? Te cuento maomeno cómo va la cosa. Porque sos la primer persona que no me quiere vender algo, porque sos kusajin, y porque estás dispuesta a ayudar.
«Y porque que tengas todo eso junto te hace levantar unas sospechas de la concha de la lora, ¿Y si la loca se la da de buenita y me está vigilando? Altos putos serían los de Kusa, salís del país y ya te están pegados al culo.»
— Estoy buscando a Asuko Yamato, un amable señor que se pasó un par de noches de fiesta con mi prima, le dejo una dirección a donde mandar cartas para seguir en contacto y me tocó a mi ser el boludo que se come el viaje para traerle lo que anda a saber que esté escrito acá. Pero hace horas que estoy dando vueltas y nadie sabe un joraca. Toda ayuda, ayuda, ¿alguna idea? Tal vez conoces la zona, tenés idea de algo....
— ¿Pero que mierda me estás diciendo, boluda? Tá todo bien con la reverencia pero no te entiendo una verga.
Cuando la cabeza de la mujer subió el amejin se dio cuenta que era lo que le sonaba raro. Una placa de metal con el símbolo de Kusa en su cuello, eso solo podía significar una cosa. Karamaru se calló ahora que la kusajin empezaba a tartamudear algo ligeramente entendible pensando en que tipo de quilombo se podía haber metido si ella se enojaba. Si empezaban a pelear tal vez que Yui se enteraba y le sacaba el trabajo, y perdería el dinero que necesitaba. No podía llegar a ese punto, por más que no pareciera un gran peligro la kusajin.
— Uuuh, si lo que quieras, lo que te pinte, no sabía que eras kunoichi, perdona. No te me pongas la gorra, no bardees, dejemos todo tranqui que si metemos bardo y se entera la doña... bueno nada, mejor no meter a la doña Arashikage.— hizo una pausa pensando en qué hacer. Devolvió rápida y torpemente el saludo y se rascó la nuca. Mejor era seguir hablando para no meterse en el tema de que era kusajin.
— ¿Todo bien? ¿Todo piola? Te cuento maomeno cómo va la cosa. Porque sos la primer persona que no me quiere vender algo, porque sos kusajin, y porque estás dispuesta a ayudar.
«Y porque que tengas todo eso junto te hace levantar unas sospechas de la concha de la lora, ¿Y si la loca se la da de buenita y me está vigilando? Altos putos serían los de Kusa, salís del país y ya te están pegados al culo.»
— Estoy buscando a Asuko Yamato, un amable señor que se pasó un par de noches de fiesta con mi prima, le dejo una dirección a donde mandar cartas para seguir en contacto y me tocó a mi ser el boludo que se come el viaje para traerle lo que anda a saber que esté escrito acá. Pero hace horas que estoy dando vueltas y nadie sabe un joraca. Toda ayuda, ayuda, ¿alguna idea? Tal vez conoces la zona, tenés idea de algo....
◘ Hablo ◘ Pienso ◘ Telepatía ◘