18/09/2019, 01:05
Había una delgada línea entre valentía y temeridad. Entre echarle cojones y ser un suicida. Kaido podía ayudar al tiburón ballena, tratar de llamar la atención de las orcas. De distraerlas. ¿Lo salvaría? Era una incógnita. Quizá le otorgaba tiempo para escapar. Quizá tan solo retrasaba su agonía. Lo que sí estaba claro, era que, de hacerlo, estaría cavando su propia tumba.
Aunque Kaido ya la había cavado una vez, ¿verdad? Y ahí seguía.
Quizá por eso, el Umikiba cometió la mayor temeridad del mundo: se hizo ver frente a un grupo de orcas enfurecido. Las dos orcas adolescentes fueron las primeras en salir a por él, rabiosas. Dos más salieron tras ellas, y un tercero. Una orca más grande que el resto, pero con las aletas más pequeñas en comparación. Una hembra.
—¡Parad! —exigió la más grande, con los dientes manchados de sangre—. ¡Dejad de pensar como tiburones, estúpidos! ¡De no pensar como los tiburones! —Dirigió su mirada a Kaido, mientras seguía acercándose. El resto del grupo, lamentablemente, tras no ver en el cuerpo de Kaido amenaza alguna, siguieron con su ataque al tiburón ballena—. ¿Quién eres tú? ¿Por qué entráis en nuestro territorio y nos provocáis de esta manera?
Algo no encajaba. De repente, empezó a emitir sonidos. Los mismos que las dos orcas adolescentes habían empleado para localizar a Scylio. Hacia un lado. Hacia otro.
Y otro…
Aunque Kaido ya la había cavado una vez, ¿verdad? Y ahí seguía.
Quizá por eso, el Umikiba cometió la mayor temeridad del mundo: se hizo ver frente a un grupo de orcas enfurecido. Las dos orcas adolescentes fueron las primeras en salir a por él, rabiosas. Dos más salieron tras ellas, y un tercero. Una orca más grande que el resto, pero con las aletas más pequeñas en comparación. Una hembra.
—¡Parad! —exigió la más grande, con los dientes manchados de sangre—. ¡Dejad de pensar como tiburones, estúpidos! ¡De no pensar como los tiburones! —Dirigió su mirada a Kaido, mientras seguía acercándose. El resto del grupo, lamentablemente, tras no ver en el cuerpo de Kaido amenaza alguna, siguieron con su ataque al tiburón ballena—. ¿Quién eres tú? ¿Por qué entráis en nuestro territorio y nos provocáis de esta manera?
Algo no encajaba. De repente, empezó a emitir sonidos. Los mismos que las dos orcas adolescentes habían empleado para localizar a Scylio. Hacia un lado. Hacia otro.
Y otro…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado