20/09/2019, 18:30
(Última modificación: 20/09/2019, 18:31 por Uchiha Datsue.)
En Oonindo, cuando un adversario rajaba a otro de arriba abajo, la sangre salía a chorro, formándose un charco sobre su cadáver. Era una imagen visceral, grotesca, y muy, muy gráfica. No había lugar a la imaginación, ni al error.
Bajo el mar era distinto. La sangre se mezclaba con el agua, y si había la suficiente, creaba una auténtica nube roja que lo envolvía todo. Rojo… Las orcas solo vieron rojo. Demasiado rojo, quizás. Tuvieron que haberlo visto venir, y aún así, su carcajada triunfal se les atragantó en la garganta cuando vieron a quién pertenecía la sangre.
—¡Corozzio-kun! —exclamó, llena de pánico, al ver a su hijo suspendido en el agua boca arriba. A su prima no le había ocurrido mejor destino, y la hendidura abierta en sus sesos auguraban que para ella, su destino era el definitivo. No podría reescribirlo. No podría cambiarlo.
De pronto, Kaido oyó chasquidos. Chasquidos por todas partes. El numeroso grupo de orcas dejó de atacar al tiburón ballena, confundidas. La sorpresa duró poco. Una a una, acudieron a la llamada de sus prójimas. Balas que rodearon a Kaido por todos los lados y ángulos posibles. Eran como abejas gigantes y hambrientas; y Kaido, su panal de miel. ¿Cuántas eran? Difícil contarlo. ¿Veinte? ¿Treinta?
Demasiadas.
¿Qué haría ahora, Umikiba Kaido? ¿Rendirse? ¿O morir luchando?
Corozzio y su Prima:
PV:–
CK:–
Battaria:
PV:–
CK:–
Bajo el mar era distinto. La sangre se mezclaba con el agua, y si había la suficiente, creaba una auténtica nube roja que lo envolvía todo. Rojo… Las orcas solo vieron rojo. Demasiado rojo, quizás. Tuvieron que haberlo visto venir, y aún así, su carcajada triunfal se les atragantó en la garganta cuando vieron a quién pertenecía la sangre.
—¡Corozzio-kun! —exclamó, llena de pánico, al ver a su hijo suspendido en el agua boca arriba. A su prima no le había ocurrido mejor destino, y la hendidura abierta en sus sesos auguraban que para ella, su destino era el definitivo. No podría reescribirlo. No podría cambiarlo.
De pronto, Kaido oyó chasquidos. Chasquidos por todas partes. El numeroso grupo de orcas dejó de atacar al tiburón ballena, confundidas. La sorpresa duró poco. Una a una, acudieron a la llamada de sus prójimas. Balas que rodearon a Kaido por todos los lados y ángulos posibles. Eran como abejas gigantes y hambrientas; y Kaido, su panal de miel. ¿Cuántas eran? Difícil contarlo. ¿Veinte? ¿Treinta?
Demasiadas.
¿Qué haría ahora, Umikiba Kaido? ¿Rendirse? ¿O morir luchando?
Corozzio y su Prima:
PV:
0/100
-100
– *inconsciente*CK:
0/100
-100
– *muerta*Battaria:
PV:
70/150
CK:
150/150
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado