21/09/2019, 17:38
Shinogi-To era una ciudad hermosa, de una forma un tanto primitiva y lúgubre. Era normal que para un extranjero fuese un sitio extraño, pues los buenos lugares tenían el mismo aspecto de aquellos no tan buenos: edificios de piedra gris, con poco más que algunos anuncios simplones.
Aquel no sería un buen día para pasear, al menos para Karamaru: la calle estaba repleta de puesto de comida, frituras y chatarra en su mayoría. Aun así, los excitantes olores y las humaredas o vapores que se elevaban trémulos entre la llovizna hacían interesante estar allí, para quien tenía hambre y dinero para comer.
El día siguiente se repetiría la rutina, con la única diferencia de que ahora iría más gente que antes a consultar a la adivina: al parecer, aquellos primeros jóvenes tenían un círculo social amplio y bastante influencia en el mismo. Lo malo era que todos eran inocentes hijos de padres acomodados, lo bueno es que aquello representaba unas enormes ganancias para la señora abuela de Karamaru; quien entre sus clientes era conocida como la adivina procedente de Amanozako.
Y la monótona rutina se seguiría repitiendo hasta que el velo de Amanozako se fuera de la ciudad, hasta entonces tendrían que aprovechar la racha sin romperla…
Aquel no sería un buen día para pasear, al menos para Karamaru: la calle estaba repleta de puesto de comida, frituras y chatarra en su mayoría. Aun así, los excitantes olores y las humaredas o vapores que se elevaban trémulos entre la llovizna hacían interesante estar allí, para quien tenía hambre y dinero para comer.
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El día siguiente se repetiría la rutina, con la única diferencia de que ahora iría más gente que antes a consultar a la adivina: al parecer, aquellos primeros jóvenes tenían un círculo social amplio y bastante influencia en el mismo. Lo malo era que todos eran inocentes hijos de padres acomodados, lo bueno es que aquello representaba unas enormes ganancias para la señora abuela de Karamaru; quien entre sus clientes era conocida como la adivina procedente de Amanozako.
Y la monótona rutina se seguiría repitiendo hasta que el velo de Amanozako se fuera de la ciudad, hasta entonces tendrían que aprovechar la racha sin romperla…