24/09/2019, 14:59
«Sigo vivo»
Esa frase se venía convirtiendo en una especie refrán con tintes karmaticos para él. En muchas de las situaciones en las que se había envuelto durante su exilio, todas de vida o muerte, seguía prevaleciendo. Con ayuda externa o no. Consciente de ello, o no. Tocado por los dioses o no. Daba igual. Un superviviente lo era y punto.
La faena, sin embargo, estaba lejos de acabar. Una guerra no culminaba hasta la completa rendición del bando contrario, y la muerte de Battaria y su batallón de orcas resultaba ser la caída —indudablemente importante, desde luego—. de uno de los generales de Goddoza, aunque no de todo su ejército. Aquella masacre respondía a ser un mensaje con tintes rojos de destrucción y muerte. Una pequeña muestra de los que los tiburones eran capaces de hacer con tal de recuperar lo que por ley Del Mar era suyo. El océano mismo, en su magnánima y vasta extensión.
La mano de Kaido se alzó temblorosa y con pesadez hacia la enorme y majestuosa figura del maestro.
—Ese tiburón se lo tragó, cuando el batallón de Battaria nos perseguía.
Esa frase se venía convirtiendo en una especie refrán con tintes karmaticos para él. En muchas de las situaciones en las que se había envuelto durante su exilio, todas de vida o muerte, seguía prevaleciendo. Con ayuda externa o no. Consciente de ello, o no. Tocado por los dioses o no. Daba igual. Un superviviente lo era y punto.
La faena, sin embargo, estaba lejos de acabar. Una guerra no culminaba hasta la completa rendición del bando contrario, y la muerte de Battaria y su batallón de orcas resultaba ser la caída —indudablemente importante, desde luego—. de uno de los generales de Goddoza, aunque no de todo su ejército. Aquella masacre respondía a ser un mensaje con tintes rojos de destrucción y muerte. Una pequeña muestra de los que los tiburones eran capaces de hacer con tal de recuperar lo que por ley Del Mar era suyo. El océano mismo, en su magnánima y vasta extensión.
La mano de Kaido se alzó temblorosa y con pesadez hacia la enorme y majestuosa figura del maestro.
—Ese tiburón se lo tragó, cuando el batallón de Battaria nos perseguía.