24/09/2019, 19:39
Cuervo —Akame— contuvo una carcajada cuando vio a aquel kusajin tratando de fumar a pulmón por primera vez. Como les sucedía a todos con su primer cigarro, el humo era un elemento hostil y desconocido que el propio cuerpo se esmeraba en expulsar lo antes posible. Tomaba tiempo domarlo y hacer que tu propio pecho lo aceptara como un mal necesario; era, en cierto modo, retorcer las leyes más básicas de la Naturaleza para alcanzar cierto dominio sobre uno mismo. Si se quería ver así, claro. Si no, era tan sólo un pasatiempo de idiotas que disfrutaban eligiendo la forma de morirse que más les gustaba.
Divagaciones existenciales aparte, Akame escuchó con atención la explicación que Kazui daba a su presencia por aquellos lares. Pese a que el shinobi se guardaba detalles —lógicamente—, no parecía estar mintiendo. «Un mensajero, vaya. Y bastante jovencito. ¿Qué rango tendrá? ¿Genin, quizás?» El Uchiha no lo preguntó, sino que dejó explayarse a su interlocutor, contestando sólo cuando era interpelado directamente.
—Quién sabe, Kazui-san. Quién sabe. Mis viajes me llevan por muchos ricones de Oonindo —respondió al deseo del kusajin de una revancha—. No se te da mal, pero tienes poca práctica. Quizá en el futuro puedas ganarme.
El apetecible almuerzo siguió su curso, mientras la cuadrilla de recolectores pedía algunos platos para compartir y más botellas de sake. Acabada la competición de shōgi, empezaban a darle más duro al alcohol, y mientras Akame y Kazui almorzaban, los jornaleros se iban poniendo cada vez más "alegres". Cuando el de la Hierba quiso saber sobre la pluma de vivo color azul que Akame llevaba sobre la oreja izquierda, sujeta con la venda que lucía en la frente, el Uchiha asintió sin darle demasiada importancia.
—Adelante —masculló, lacónico.
Divagaciones existenciales aparte, Akame escuchó con atención la explicación que Kazui daba a su presencia por aquellos lares. Pese a que el shinobi se guardaba detalles —lógicamente—, no parecía estar mintiendo. «Un mensajero, vaya. Y bastante jovencito. ¿Qué rango tendrá? ¿Genin, quizás?» El Uchiha no lo preguntó, sino que dejó explayarse a su interlocutor, contestando sólo cuando era interpelado directamente.
—Quién sabe, Kazui-san. Quién sabe. Mis viajes me llevan por muchos ricones de Oonindo —respondió al deseo del kusajin de una revancha—. No se te da mal, pero tienes poca práctica. Quizá en el futuro puedas ganarme.
El apetecible almuerzo siguió su curso, mientras la cuadrilla de recolectores pedía algunos platos para compartir y más botellas de sake. Acabada la competición de shōgi, empezaban a darle más duro al alcohol, y mientras Akame y Kazui almorzaban, los jornaleros se iban poniendo cada vez más "alegres". Cuando el de la Hierba quiso saber sobre la pluma de vivo color azul que Akame llevaba sobre la oreja izquierda, sujeta con la venda que lucía en la frente, el Uchiha asintió sin darle demasiada importancia.
—Adelante —masculló, lacónico.