24/09/2019, 20:24
Akame, casi sin aliento, no pudo evitar apretar los puños con impotencia cuando llegó al claro. «Demasiado tarde... ¡Joder!» Con paso rápido se acercó a Kiyoshi, quien sollozaba en el suelo. El Uchiha se agachó a su lado y trató de sujetarle las manos para evitar que siguiera autolesionándose, al tiempo que buscaba capturar su mirada con sus ojos rojos como la sangre.
—Kiyoshi... ¡Kiyoshi! Recomponte, muchacho. ¿Dónde están? Okawa y ese demonio. ¿A dónde han ido? Contesta, Kiyoshi, que de ti depende ahora la vida de tu amada.
Apelar al corazón del joven era el último recurso, desesperado, que le quedaba al Uchiha. Incluso con su nivel de maestría en el Ninjutsu y sus conocimientos shinobi, no había podido evitar que Enma Kyōko se llevara a Okawa... O eso se temía.
—Kiyoshi... ¡Kiyoshi! Recomponte, muchacho. ¿Dónde están? Okawa y ese demonio. ¿A dónde han ido? Contesta, Kiyoshi, que de ti depende ahora la vida de tu amada.
Apelar al corazón del joven era el último recurso, desesperado, que le quedaba al Uchiha. Incluso con su nivel de maestría en el Ninjutsu y sus conocimientos shinobi, no había podido evitar que Enma Kyōko se llevara a Okawa... O eso se temía.