25/09/2019, 00:53
—Hmm… Shaneji, sí. Habla de él con más respeto, no era ningún mensajero. —Había firmado el Pacto, uniéndose de sangre con su familia. Y eso, pese a que nunca había tenido la fuerza como para invocarle a ella, tenía valor—. No será problema —dijo, no obstante.
Giró para mirarle a los ojos.
—¿No creerás que trato tan mal a mis aliados como para solo pedir y pedir, verdad? Me has ayudado hoy, Umikiba Kaido. Y si vas a acudir a nuestra llamada, entonces, mi familia también acudirá a la tuya —dijo con voz solemne.
Los tiburones fueron rodeándole poco a poco, silenciosos.
—Osuushi, ¿estás conmigo en esto?
—Es un pezqueñín al lado nuestra… Pero un pezqueñín con dientes. Te sacó de encima a tres orcas mientras a mí me retenían con sus putos Genjutsus. Sí, se lo merece.
—¿Y tú, Scylio? —preguntó a su otra Segunda Aleta.
—La verdad… el tipo me dejó vendido frente a dos orcas. Tuve que arreglármelas yo solito para atraerlas hacia aquí. Pero si vosotros decís que luchó con coraje… Va, pues que así sea.
—Muy bien, Umikiba Kaido. Entonces, a partir de ahora, somos familia.
—Familia.
—Familia.
—Familia. —Repitieron el resto, y sus voces retumbaron en el océano con la profundidad y devoción de una secta.
—Una afrenta a ti, es una afrenta a todas nosotras. Una afrenta a nosotras, es una afrenta a ti. Recuérdalo siempre, Umikiba Kaido. Y, cuando llegue el momento, incluso yo acudiré a tu llamada si me necesitas.
Aunque no existía ninja en Oonindo que hubiese sido capaz de hacerlo. No todavía.
—¡Osuushi! Acompaña a Kaido a terreno firme, y que ponga su rúbrica con sangre para sellar el Pacto.
—¡Sí, mi Reina!
Giró para mirarle a los ojos.
—¿No creerás que trato tan mal a mis aliados como para solo pedir y pedir, verdad? Me has ayudado hoy, Umikiba Kaido. Y si vas a acudir a nuestra llamada, entonces, mi familia también acudirá a la tuya —dijo con voz solemne.
Los tiburones fueron rodeándole poco a poco, silenciosos.
—Osuushi, ¿estás conmigo en esto?
—Es un pezqueñín al lado nuestra… Pero un pezqueñín con dientes. Te sacó de encima a tres orcas mientras a mí me retenían con sus putos Genjutsus. Sí, se lo merece.
—¿Y tú, Scylio? —preguntó a su otra Segunda Aleta.
—La verdad… el tipo me dejó vendido frente a dos orcas. Tuve que arreglármelas yo solito para atraerlas hacia aquí. Pero si vosotros decís que luchó con coraje… Va, pues que así sea.
—Muy bien, Umikiba Kaido. Entonces, a partir de ahora, somos familia.
—Familia.
—Familia.
—Familia. —Repitieron el resto, y sus voces retumbaron en el océano con la profundidad y devoción de una secta.
—Una afrenta a ti, es una afrenta a todas nosotras. Una afrenta a nosotras, es una afrenta a ti. Recuérdalo siempre, Umikiba Kaido. Y, cuando llegue el momento, incluso yo acudiré a tu llamada si me necesitas.
Aunque no existía ninja en Oonindo que hubiese sido capaz de hacerlo. No todavía.
—¡Osuushi! Acompaña a Kaido a terreno firme, y que ponga su rúbrica con sangre para sellar el Pacto.
—¡Sí, mi Reina!
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado