27/11/2015, 20:26
A la kunoichi no se le había ocurrido la posibilidad de que el chico dejase que su imaginación lo llevase a pensar que lo metálico de la palma de su mano podría ser algún tipo de arma, pero por suerte él no le dio ninguna importancia y siguió tan pegado a ella como al principio. Es más, el chico comenzó a dedicarle unas suaves caricias en la rojiza cabellera que si bien, a simple vista está muy descuidada, es extremadamente suave y sedosa, además que ese rojo vivaz no es normal en cabello descuidado.
Ritsuko normalmente haría algún comentario acerca de lo suave que es su cabello casi como si fuese su más grande orgullo, pero esta vez prefirió guardar silencio para disfrutar del calor del cuerpo ajeno.
—¿Ni siquiera vuestros padres? pues yo no quiero dejar de abrazaros, y mucho menos quiero dejar de halagar vuestra belleza
Preguntó el chico a lo que ella primeramente había pensado en no responder pero al cabo de unos segundos terminó por hacerlo. - Eran muy distantes, rara vez hacíamos contacto físico... - Respondió la chica mientras mantenía su rostro pegado al pecho de Reiji, de forma que pudiese sentir mejor el latido de su corazón que indudablemente parecía estar dispuesto a salirse de su lugar.
Parecía ser que ambos shinobis habían olvidado por completo que estaban haciendo antes de encontrarse y si bien, Ritsuko no tenía ningún tipo de obligación aparte que la obligase a seguir adelante, Reiji si la tenía. Pero de todas maneras, ella no tenía ni la más mínima idea de que así fuesen las cosas por lo que no se preocupaba en lo más mínimo.
En el momento en que la pelirroja iba a responder a los nuevos comentarios que él hizo, una mano la obligó a alzar la mirada y hacer finalmente contacto visual con aquellos ojos verdosos que casi le decían que nada malo le pasaría siempre y cuando pudiesen verla. - Reiji... - Fue lo único que respondió la joven con los ojos bien abiertos.
La chica estaba perdida y su corazón casi que quería hacer lo mismo que el de Reiji, aunque la velocidad de los latidos casi podría decirse que la había igualado aunque ella desconocía completamente ese tipo de sensación. - Podríamos... Ir al pueblo para estar más cómodos. Digo, estamos parados en el medio de la nada. - Respondió Ritsuko un tanto nerviosa mietras rezaba a cuanto dios se le ocurriese para que la respuesta del shinobi fuese afirmativa.
Ritsuko normalmente haría algún comentario acerca de lo suave que es su cabello casi como si fuese su más grande orgullo, pero esta vez prefirió guardar silencio para disfrutar del calor del cuerpo ajeno.
—¿Ni siquiera vuestros padres? pues yo no quiero dejar de abrazaros, y mucho menos quiero dejar de halagar vuestra belleza
Preguntó el chico a lo que ella primeramente había pensado en no responder pero al cabo de unos segundos terminó por hacerlo. - Eran muy distantes, rara vez hacíamos contacto físico... - Respondió la chica mientras mantenía su rostro pegado al pecho de Reiji, de forma que pudiese sentir mejor el latido de su corazón que indudablemente parecía estar dispuesto a salirse de su lugar.
Parecía ser que ambos shinobis habían olvidado por completo que estaban haciendo antes de encontrarse y si bien, Ritsuko no tenía ningún tipo de obligación aparte que la obligase a seguir adelante, Reiji si la tenía. Pero de todas maneras, ella no tenía ni la más mínima idea de que así fuesen las cosas por lo que no se preocupaba en lo más mínimo.
En el momento en que la pelirroja iba a responder a los nuevos comentarios que él hizo, una mano la obligó a alzar la mirada y hacer finalmente contacto visual con aquellos ojos verdosos que casi le decían que nada malo le pasaría siempre y cuando pudiesen verla. - Reiji... - Fue lo único que respondió la joven con los ojos bien abiertos.
La chica estaba perdida y su corazón casi que quería hacer lo mismo que el de Reiji, aunque la velocidad de los latidos casi podría decirse que la había igualado aunque ella desconocía completamente ese tipo de sensación. - Podríamos... Ir al pueblo para estar más cómodos. Digo, estamos parados en el medio de la nada. - Respondió Ritsuko un tanto nerviosa mietras rezaba a cuanto dios se le ocurriese para que la respuesta del shinobi fuese afirmativa.