26/09/2019, 17:17
En la cabeza del genin se amontonaban los hechos de los últimos minutos. El subidón que le había dado estaba bajando.
Entornó un poco los ojos ante el cambio de luz al salir al exterior. Rápidamente se recompuso y miró a ambos lados. A lo lejos pudo apreciar la figura delgada que se alejaba. Corrió hacia él.
El muchacho no era especialmente rápido, sino más bien especialmente lento, pero lo sabía. Había intentado durante tiempo pulir esa cadencia con una mayor resistencia que otros compañeros no tenían. Pronto alcanzaría a Cuervo.
“Y ahora ¿Qué le digo? “ Pensaba, mientras la distancia que los conectaba se hacía cada vez más pequeña.
-¡Eh!, ¡Cuervo! ¡Espérame! Gritó.
Con su trote cochinero, estaba cerca de alcanzar al viajero. Percibió el olor del humo del cigarro. “Joder, se las pasa fumando” El tipo parecía enfadado, o como mínimo molesto. Conforme más se acercaba, tenía menos idea de porque lo había seguido.
-Oye, oye Cuervo. No me has dado tiempo a agradecértelo.
Fue lo primero que se le pasó por la cabeza. No sabía si el joven lo había hecho por propio interés, por defensa de los campesinos que jugaron con él, o por defender a un genin verde e inexperto. Pero aún sin llegar a alcanzarlo del todo, se lo agradecería.
Entornó un poco los ojos ante el cambio de luz al salir al exterior. Rápidamente se recompuso y miró a ambos lados. A lo lejos pudo apreciar la figura delgada que se alejaba. Corrió hacia él.
El muchacho no era especialmente rápido, sino más bien especialmente lento, pero lo sabía. Había intentado durante tiempo pulir esa cadencia con una mayor resistencia que otros compañeros no tenían. Pronto alcanzaría a Cuervo.
“Y ahora ¿Qué le digo? “ Pensaba, mientras la distancia que los conectaba se hacía cada vez más pequeña.
-¡Eh!, ¡Cuervo! ¡Espérame! Gritó.
Con su trote cochinero, estaba cerca de alcanzar al viajero. Percibió el olor del humo del cigarro. “Joder, se las pasa fumando” El tipo parecía enfadado, o como mínimo molesto. Conforme más se acercaba, tenía menos idea de porque lo había seguido.
-Oye, oye Cuervo. No me has dado tiempo a agradecértelo.
Fue lo primero que se le pasó por la cabeza. No sabía si el joven lo había hecho por propio interés, por defensa de los campesinos que jugaron con él, o por defender a un genin verde e inexperto. Pero aún sin llegar a alcanzarlo del todo, se lo agradecería.