26/09/2019, 17:30
Akame se detuvo, volteándose ligeramente para ver al genin de Kusa que corría tras su estela. Todavía con el cigarro en la boca, el Uchiha le examinó con ojo crítico; «es tan inocente que haría sonrojarse a una geisha, y aun así, parece buen chaval», se dijo. Después de ver actuar a Kazui las sospechas sobre que pudiera ser un ninja de élite encubierto se esfumaban —o eso, o era uno condenadamente bueno— y simplemente quedaba un muchacho recién salido de la Academia de la Hierba con gran gusto por el té y el shōgi. En ese sentido, se parecían. Cuando el genin llegó hasta él, Akame negó con la cabeza.
—No tienes nada que agradecerme, Kazui-san —todavía se le veía molesto, pero ahora el enfado iba dando paso a la resignación—. Pegar a ese tío ha sido imprudente, y estúpido, y... —Akame soltó un suspiro y se encogió de hombros—. En cualquier caso, era mejor si lo hacía yo, tú tienes demasiado que perder... Y más con esa bandana en el hombro. No hace mucho que te has graduado, ¿verdad?
Se llevó el cigarro a la boca y fumó una calada.
—Querías ayudar a esos tipos, lo he visto en tus ojos... Sabías que estaban haciendo algo mal, pero que no merecían ese castigo; ser apaleados como perros salvajes. La justicia —la propia palabra parecía tener mal sabor en su boca—. La justicia no tiene mucho que ver con ser ninja, eso lo aprenderás pronto. A esa misma gente a la que quieres proteger, puede que el día de mañana tengas que joderles vivos. Quien pone la pasta manda, y casi nunca suelen ser los de abajo.
Akame soltó una risa melancólica y amarga.
—Eso nunca te lo cuentan en la Academia.
—No tienes nada que agradecerme, Kazui-san —todavía se le veía molesto, pero ahora el enfado iba dando paso a la resignación—. Pegar a ese tío ha sido imprudente, y estúpido, y... —Akame soltó un suspiro y se encogió de hombros—. En cualquier caso, era mejor si lo hacía yo, tú tienes demasiado que perder... Y más con esa bandana en el hombro. No hace mucho que te has graduado, ¿verdad?
Se llevó el cigarro a la boca y fumó una calada.
—Querías ayudar a esos tipos, lo he visto en tus ojos... Sabías que estaban haciendo algo mal, pero que no merecían ese castigo; ser apaleados como perros salvajes. La justicia —la propia palabra parecía tener mal sabor en su boca—. La justicia no tiene mucho que ver con ser ninja, eso lo aprenderás pronto. A esa misma gente a la que quieres proteger, puede que el día de mañana tengas que joderles vivos. Quien pone la pasta manda, y casi nunca suelen ser los de abajo.
Akame soltó una risa melancólica y amarga.
—Eso nunca te lo cuentan en la Academia.