6/10/2019, 20:03
—Senju Yubiwa, a tu servicio[Verás, Juro, ¿recuerdas aquella misión en la que acompañé a Yota-kun y a Taeko-chan?Cuando estuve cerca del árbol sagrado, tuve una revelación.
Juro trató de mantenerse impasible ante la sarta de comentarios que le estaba haciendo el hombre. Sin embargo, no era fácil. Tan solo con mantenerle la mirada, podía ver que algo no andaba bien.
« Este hombre se está volviendo loco. O quizá ya lo esté » — Entonces, las palabras de Kenzou le vinieron a la mente. Como un comentario inocente, le había dicho que Yubiwa tendía a imaginar un país que nunca había existido, y a que era descendiente de aquel lugar. ¿Cómo se había transformando tanto su idea hasta condicionar su vida a ese punto?
Empezó a hablar y a hablar. Sobre como él, antes, había sido el lider de un país que no había existido nunca (Y lo sabía muy bien, Juro recordaba sus lecciones de historia). Habló sobre como su lider, su Kage, había arrasado ese país, y sobre cómo alguién había borrado la mente de un Yubiwa superviviente para hacerle creer que su aldea había sido destruida tragicamente. Después, había sido acogido como pupilo, debido a sus poderes oculares.
« ¿De qué diablos habla? » — Juro entendía fragmentos si y fragmentos no. Sabía de la existencia de esa misión, y de algunos detalles por parte de Yota, además de por las conversaciones que había visto entre Yubiwa y Kenzou. Pero desconocía cuál era el alcance de sus poderes oculares o la veracidad de su historia.
Aquel hombre parecía trastornado por la visión de aquel árbol. Juro supuso que su demencia había comenzado entonces.
—Cuando el Árbol me mostró la verdad, me fui de Kusagakure. Necesitaba encontrarme a mí mismo. Planear mi venganza. Y entonces, Kurama me encontró, y me dio un nuevo propósito.Si prometía servirle y aceptar mi lugar inferior como un simple mortal, si prometía ayudarle a conquistar Oonindo, yo sería de nuevo el líder de Takigakure. Devolvería a los libros de historia el País de los Ríos. ¡Resucitaría a mi pueblo!
Juro tragó saliva. Traición. Sintió pena por Kenzuo. Recordaba como le había dicho que él era su mano derecha, su persona de confianza. ¿Cómo había podido suceder aquello?
El hombre mencionó a Datsue. A esas alturas, no sabía lo qué creer, ni cómo hacerlo. No supo por qué medio había trato de influenciar a aquel chico. Solo comprendió que Yubiwa llevaba un tiempo detrás de él. Lo suficiente como para conseguir falsificar la misión y pillarle. Justo para tenerle en el momento en que estaba ahora.
»No te hagas el tonto, a estas alturas ya os tendrán informados de qué es lo que quiero de ti.
Juro lo miró, fijamente. Sintió odio. Rabia. Nunca antes había odiado tanto a un hombre como al que tenía delante en ese mismo momento. Aquel monstruo.
— ¿¡Y de verdad crees que eso te ayudará a ti!? — exclamó. Después, bajó el tono de voz, hasta regresar a su forma habitual de comunicarse. Era un jounin, no un niño pequeño. Tenía que saber comportarse —. Lamento tu historia, Yubiwa, y lo que le ha pasado a tu pueblo. Pero... ¿aliarte con Kurama? ¿Ser el lider de Takigakure otra vez? Hablas con desprecio de Kusagakure y de Kenzou por manipularte, pero... ¡Te están manipulando otra vez, delante de tus narices! ¿Es que no te das cuenta?
¿Qué si creía su historia? Pues claro que no. Ese hombre estaba loco de atar. Pero si le daba la razón, quizá, y solo quizá, podía ganar algo de terreno. En ese momento desesperado, cualquier cosa le parecía mejor que quedarse callado.
— No estás luchando para regresar a tu villa. Estás luchando en contra de la humanidad — dijo —. Kurama es un monstruo, y solo se preocupa por los suyos. Yo mismo escuché a uno de los bijuus , que los tuyos liberasteis. Su propósito es destruir a la humanidad y reinar sobre todos. ¿Crees que Kurama piensa en algo como resucitar una villa? ¿De verdad crees que te dará lo que buscas? Para él, tu solo eres un humano.
»¿Resucitar tu villa? ¿Devolverla a los libros de historia? Cuando Kurama gane y los bijuus sean liberados, no habrá villa, ni historia. No quedará nada.
Juro trató de mantenerse impasible ante la sarta de comentarios que le estaba haciendo el hombre. Sin embargo, no era fácil. Tan solo con mantenerle la mirada, podía ver que algo no andaba bien.
« Este hombre se está volviendo loco. O quizá ya lo esté » — Entonces, las palabras de Kenzou le vinieron a la mente. Como un comentario inocente, le había dicho que Yubiwa tendía a imaginar un país que nunca había existido, y a que era descendiente de aquel lugar. ¿Cómo se había transformando tanto su idea hasta condicionar su vida a ese punto?
Empezó a hablar y a hablar. Sobre como él, antes, había sido el lider de un país que no había existido nunca (Y lo sabía muy bien, Juro recordaba sus lecciones de historia). Habló sobre como su lider, su Kage, había arrasado ese país, y sobre cómo alguién había borrado la mente de un Yubiwa superviviente para hacerle creer que su aldea había sido destruida tragicamente. Después, había sido acogido como pupilo, debido a sus poderes oculares.
« ¿De qué diablos habla? » — Juro entendía fragmentos si y fragmentos no. Sabía de la existencia de esa misión, y de algunos detalles por parte de Yota, además de por las conversaciones que había visto entre Yubiwa y Kenzou. Pero desconocía cuál era el alcance de sus poderes oculares o la veracidad de su historia.
Aquel hombre parecía trastornado por la visión de aquel árbol. Juro supuso que su demencia había comenzado entonces.
—Cuando el Árbol me mostró la verdad, me fui de Kusagakure. Necesitaba encontrarme a mí mismo. Planear mi venganza. Y entonces, Kurama me encontró, y me dio un nuevo propósito.Si prometía servirle y aceptar mi lugar inferior como un simple mortal, si prometía ayudarle a conquistar Oonindo, yo sería de nuevo el líder de Takigakure. Devolvería a los libros de historia el País de los Ríos. ¡Resucitaría a mi pueblo!
Juro tragó saliva. Traición. Sintió pena por Kenzuo. Recordaba como le había dicho que él era su mano derecha, su persona de confianza. ¿Cómo había podido suceder aquello?
El hombre mencionó a Datsue. A esas alturas, no sabía lo qué creer, ni cómo hacerlo. No supo por qué medio había trato de influenciar a aquel chico. Solo comprendió que Yubiwa llevaba un tiempo detrás de él. Lo suficiente como para conseguir falsificar la misión y pillarle. Justo para tenerle en el momento en que estaba ahora.
»No te hagas el tonto, a estas alturas ya os tendrán informados de qué es lo que quiero de ti.
Juro lo miró, fijamente. Sintió odio. Rabia. Nunca antes había odiado tanto a un hombre como al que tenía delante en ese mismo momento. Aquel monstruo.
— ¿¡Y de verdad crees que eso te ayudará a ti!? — exclamó. Después, bajó el tono de voz, hasta regresar a su forma habitual de comunicarse. Era un jounin, no un niño pequeño. Tenía que saber comportarse —. Lamento tu historia, Yubiwa, y lo que le ha pasado a tu pueblo. Pero... ¿aliarte con Kurama? ¿Ser el lider de Takigakure otra vez? Hablas con desprecio de Kusagakure y de Kenzou por manipularte, pero... ¡Te están manipulando otra vez, delante de tus narices! ¿Es que no te das cuenta?
¿Qué si creía su historia? Pues claro que no. Ese hombre estaba loco de atar. Pero si le daba la razón, quizá, y solo quizá, podía ganar algo de terreno. En ese momento desesperado, cualquier cosa le parecía mejor que quedarse callado.
— No estás luchando para regresar a tu villa. Estás luchando en contra de la humanidad — dijo —. Kurama es un monstruo, y solo se preocupa por los suyos. Yo mismo escuché a uno de los bijuus , que los tuyos liberasteis. Su propósito es destruir a la humanidad y reinar sobre todos. ¿Crees que Kurama piensa en algo como resucitar una villa? ¿De verdad crees que te dará lo que buscas? Para él, tu solo eres un humano.
»¿Resucitar tu villa? ¿Devolverla a los libros de historia? Cuando Kurama gane y los bijuus sean liberados, no habrá villa, ni historia. No quedará nada.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
...
Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60