8/10/2019, 02:48
—¡Pues! —continuó Kaido, pragmático, cuando Akame le preguntó. Aunque primero se tomó la libertad de coger una silla cercana y tomar asiento en la mesa de Yota. Le cogió el coco loco, tomó un sorbo, y lo devolvió a su legítimo dueño—. hace un buen tiempo, yo iba de pasada por el País de este bribón ¿sí? y he parado a descansar en una tabernita de mala muerte en un pueblucho de mierda. Bueno, que resulta que me he encontrado con Yota-kun y un buen amigo suyo, Daigo; mientras esperaba mi sopa. Para mi sorpresa, menos que conversar y ponernos al día, los tíos se han puesto nerviosos porque no llevaba mi bandana y me ha interrogado como si fuera un puto criminal. ¡Yo, Kaido, un criminal! ¿puedes creerlo? —Kaido carcajeó sonoramente por la ironía que ocultaba aquella situación. Lo peor del caso es que Yota y Daigo tenían toda la razón de pensarlo—. pero bueno, que me he cabreado y les he mandado a tomar por culo. Ya sabes cómo me pongo cuando me tocan los cojones.
Habiendo dicho ésto, clavó su mirada en la araña. Oh, esa puta araña. Una vez intentó morderle. Y ahora le insultaba. Kaido no pudo evitar preguntarse de si había escuchado alguna vez que la carne de un arácnido fuera comestible, pero quizás no perdía nada con intentarlo.
Habiendo dicho ésto, clavó su mirada en la araña. Oh, esa puta araña. Una vez intentó morderle. Y ahora le insultaba. Kaido no pudo evitar preguntarse de si había escuchado alguna vez que la carne de un arácnido fuera comestible, pero quizás no perdía nada con intentarlo.