6/12/2015, 16:37
(Última modificación: 6/12/2015, 16:38 por Inuzuka Nabi.)
Poco duró el sol en el cielo, bueno, poco duró visible. En pocas horas unas nubes amenazantes cubrieron en su totalidad la villa de Uzushiogakure, junto con un viento que propagaba un frio tal que helaba la garganta y congelaba los charcos. Las temperaturas estaban rompiendo la media de la localidad en el que probablemente seria el dia más frio del invierno. Aquel cambio brusco de la temperatura ambiental no parecia profetizar nada bueno. ¿Podria ser porque algo iba a suceder? ¿Kori se acercaba? ¿O era una simple casualidad?
Las nubes no tardaron en dejar claras sus intenciones, primero era una lluvia inclemente y repentina, que no tardo en escalar en la piramide de precipitaciones para convertirse en una fuerte granizada que duro apenas unos minutos que finalmente se estabilizo como una suave pero constante nevada. A pesar de que el astro hacia tiempo que se habia localizado en el horizonte visible, la oscuridad teñia cada rincon de la villa. Por suerte, no era una oscuridad total los pocos agujeros que tenia la capa de nubes dejaba pasar rayos de Sol que se reflejaban gracias a la nieve y aminoraban la oscuridad existente.
Con aquel frio y aquella oscuridad, ni pajaros ni bichos salian de donde estuvieran, por lo que el silencio era casi absoluto en el campo de entrenamiento donde una joven peliazul se disponia a entrenar con los troncos que allí habian. Aquel silencio se vio interrumpido por unas sonoras pisadas que derivaron en unos arbustos que se movian para acabar en otro silencio, esta vez un silencio tenso.
Si se fijaba con atención, casi podia discernir unos ojos inyectados en sangre observandola tan fijamente que parecia que le queria absorber el alma solo con la mirada, y el vaho que se escapaba del aliento de la criatura hacia más que evidente que habia algo allí, algo que la estaba vigilando descaradamente y que no sabia ocultarse demaisado bien.
Las nubes no tardaron en dejar claras sus intenciones, primero era una lluvia inclemente y repentina, que no tardo en escalar en la piramide de precipitaciones para convertirse en una fuerte granizada que duro apenas unos minutos que finalmente se estabilizo como una suave pero constante nevada. A pesar de que el astro hacia tiempo que se habia localizado en el horizonte visible, la oscuridad teñia cada rincon de la villa. Por suerte, no era una oscuridad total los pocos agujeros que tenia la capa de nubes dejaba pasar rayos de Sol que se reflejaban gracias a la nieve y aminoraban la oscuridad existente.
Con aquel frio y aquella oscuridad, ni pajaros ni bichos salian de donde estuvieran, por lo que el silencio era casi absoluto en el campo de entrenamiento donde una joven peliazul se disponia a entrenar con los troncos que allí habian. Aquel silencio se vio interrumpido por unas sonoras pisadas que derivaron en unos arbustos que se movian para acabar en otro silencio, esta vez un silencio tenso.
Si se fijaba con atención, casi podia discernir unos ojos inyectados en sangre observandola tan fijamente que parecia que le queria absorber el alma solo con la mirada, y el vaho que se escapaba del aliento de la criatura hacia más que evidente que habia algo allí, algo que la estaba vigilando descaradamente y que no sabia ocultarse demaisado bien.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)