6/12/2015, 20:28
Miró directamente al albino cuando éste le contestó.
—No, lo más rápido seria terminar la ruta, además no hay de qué preocuparse, si llueve simplemente subiré la capota del carruaje.
-Bien, lo que diga el experto - Le respondió con una sonrisa pintada en el rostro, entonces observó como el Ishimura ni si quiera necesitó ayuda de la joven kunoichi para recoger todos los utensilios y las sobras de lo que se habían dignado a probar para almorzar, incluso recordó con pena la magnífica tarta que ya no podría volver a probar ni aunque todos los planetas se alinearan. Suspiró y se acomodó en su asiento asignado mientras no dejaba de seguir con sus ojos verdes al dueño de los ojos plateados.
Clop, clop, clop
Las gotas de agua intentaban traspasar la capota del carruaje, o eso intentaban dar a ver por la fuerza con la que golpeaban dicha parte del carro. Miró a las nubes y agradeció mentalmente que lloviese por una parte, pero por otra se sintió completamente aterrorizada... ¿Su vecina se cabrearía si manchase su adorado vestido? Bueh, qué más da.
Los grados comenzaron a bajar poco a poco, agradeciendo que aminorasen el calor que se había instaurado en su villa, le encantaba la lluvia, aunque Genza siempre la recriminaba empaparse y coger resfriados a menudo en la temporada que estuvo con él.
Genza...
Chistó molesta, mordiéndose el labio. Tenía prohibido pensar en esa temporada, todavía no lo había superado y siempre que lo recordaba, comenzaba a ponerse triste o a llorar directamente. Así que antes de llorar o comportarse como una chiquilla, llamó al cochero.
-¿Cuánto faltaría?
—No, lo más rápido seria terminar la ruta, además no hay de qué preocuparse, si llueve simplemente subiré la capota del carruaje.
-Bien, lo que diga el experto - Le respondió con una sonrisa pintada en el rostro, entonces observó como el Ishimura ni si quiera necesitó ayuda de la joven kunoichi para recoger todos los utensilios y las sobras de lo que se habían dignado a probar para almorzar, incluso recordó con pena la magnífica tarta que ya no podría volver a probar ni aunque todos los planetas se alinearan. Suspiró y se acomodó en su asiento asignado mientras no dejaba de seguir con sus ojos verdes al dueño de los ojos plateados.
Clop, clop, clop
Las gotas de agua intentaban traspasar la capota del carruaje, o eso intentaban dar a ver por la fuerza con la que golpeaban dicha parte del carro. Miró a las nubes y agradeció mentalmente que lloviese por una parte, pero por otra se sintió completamente aterrorizada... ¿Su vecina se cabrearía si manchase su adorado vestido? Bueh, qué más da.
Los grados comenzaron a bajar poco a poco, agradeciendo que aminorasen el calor que se había instaurado en su villa, le encantaba la lluvia, aunque Genza siempre la recriminaba empaparse y coger resfriados a menudo en la temporada que estuvo con él.
Genza...
Chistó molesta, mordiéndose el labio. Tenía prohibido pensar en esa temporada, todavía no lo había superado y siempre que lo recordaba, comenzaba a ponerse triste o a llorar directamente. Así que antes de llorar o comportarse como una chiquilla, llamó al cochero.
-¿Cuánto faltaría?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)