17/11/2019, 22:01
Ranko gritó mentalmente de la emoción al ver a Mei guiñarle un ojo. No pudo esconder una sonrisa enorme mientras partía más de su ikayaki y jugueteaba un poco con él usando sus palillos. Agradeció internamente a la mujer del local por entregarle su pedido a la Uzujin justo a tiempo, y evitarle reaccionar de sobremanera como otras veces.
"Como en las termas…"
Se llevó el pedazo de comida a la boca justo cuando Mei comentaba lo delicioso que estaba su platillo. La de la trenza, aún con ikayaki en la boca, volteó a verla, asintiendo con los ojos cerrados. Estaba realmente contenta de que la noche fuese así.
"¿Qué favor…?"
Al abrirlos, gritó mentalmente de nuevo. Mei le ofrecía trozo de su propio platillo con sus palillos, mirándola fijamente con sus esmeraldas. Hechizada, Ranko se perdió un segundo en ellos, luego tragó el ikayaki que había estado masticando y abrió la boca para recibir la porción de wantan.
Sin apartar sus orbes miel de los de su compañera, masticó con lentitud, disfrutando cada segundo de aquella comida. Se le hizo realmente deliciosa, aunque no supo si era solamente mérito del wantan, o si se debía a que Mei se lo había dado en la boca. No podía creer que aquella maniobra le hubiese salido tan pero tan bien. Tiempo después agradecería que Kuumi no las hubiese acompañado.
—Está —dijo cuando al fin tragó, con los ojos fijos aún en Mei —deliciosa.
... Ran-chan…
Ranko dejó pasar un segundo antes de darse cuenta de algo.
—Mei-him… Mei-san. La comida. La comida de Mei-san. Está deliciosa. Sí. —Aunque intentó corregirse rápidamente, le sorprendió que no había alzado la voz para nada, y había hablado con suficiente normalidad.
Intentó enfocarse en su ikayaki, aunque no podía evitar voltear a verla en intervalos.
—M-M-Mei-hime s-suena muy bonito. A-apropiado, creo. Si me lo… si me lo permite.
"Como en las termas…"
Se llevó el pedazo de comida a la boca justo cuando Mei comentaba lo delicioso que estaba su platillo. La de la trenza, aún con ikayaki en la boca, volteó a verla, asintiendo con los ojos cerrados. Estaba realmente contenta de que la noche fuese así.
"¿Qué favor…?"
Al abrirlos, gritó mentalmente de nuevo. Mei le ofrecía trozo de su propio platillo con sus palillos, mirándola fijamente con sus esmeraldas. Hechizada, Ranko se perdió un segundo en ellos, luego tragó el ikayaki que había estado masticando y abrió la boca para recibir la porción de wantan.
Sin apartar sus orbes miel de los de su compañera, masticó con lentitud, disfrutando cada segundo de aquella comida. Se le hizo realmente deliciosa, aunque no supo si era solamente mérito del wantan, o si se debía a que Mei se lo había dado en la boca. No podía creer que aquella maniobra le hubiese salido tan pero tan bien. Tiempo después agradecería que Kuumi no las hubiese acompañado.
—Está —dijo cuando al fin tragó, con los ojos fijos aún en Mei —deliciosa.
... Ran-chan…
Ranko dejó pasar un segundo antes de darse cuenta de algo.
—Mei-him… Mei-san. La comida. La comida de Mei-san. Está deliciosa. Sí. —Aunque intentó corregirse rápidamente, le sorprendió que no había alzado la voz para nada, y había hablado con suficiente normalidad.
Intentó enfocarse en su ikayaki, aunque no podía evitar voltear a verla en intervalos.
—M-M-Mei-hime s-suena muy bonito. A-apropiado, creo. Si me lo… si me lo permite.
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