21/11/2019, 20:22
Akame asintió: el contable tenía razón. Cualquier cosa que tuvieran que cambiar en el modo de funcionar de Sekiryu era mejor hacerla antes de saltar a la gran apuesta que iban a realizar. Cuando estuvieran tratando con Umigarasu, un descuido, un paso en falso, podía condenarles a todos. Y Akame era bien consciente de ello. Pero también quería marcar él la agenda, sobretodo cuando era quien tenía que descubrir las cartas. Así que, por el momento, prefirió callar.
Mientras el humo del cigarro ascendía y el contemplaba las heridas vendadas de Zaide, Money le hizo otra pregunta; una que, ahora sí, le arrancó una seca y breve carcajada.
—Ya lo creo que te gustaría saber —replicó, sagaz—. ¿Sabes, Money? Quizás las cosas no son como tu las ves. Mi poder, realmente, no es el de aparecerme en los sitios como un vulgar escapista de tres al cuarto. Yo he desarrollado una técnica secreta que me permite quedarme tan quieto, tan quieto, tan quieto... Que me hago invisible al ojo humano. Así que, en realidad, Zaide y yo ya estábamos ahí todo el rato. Sólo que tú nos viste cuando yo quise que nos vieras.
No sabía cómo se tomaría Money semejante chanza, pero Akame tenía bastante claro que ni de coña iba a revelarle su mejor baza a un tipo que había conocido hacía dos días. Tras la extravagante explicación, el Uchiha se limitó a poner su mejor cara de inocencia y a sonreír de forma bobalicona, con mucha guasa.
Mientras el humo del cigarro ascendía y el contemplaba las heridas vendadas de Zaide, Money le hizo otra pregunta; una que, ahora sí, le arrancó una seca y breve carcajada.
—Ya lo creo que te gustaría saber —replicó, sagaz—. ¿Sabes, Money? Quizás las cosas no son como tu las ves. Mi poder, realmente, no es el de aparecerme en los sitios como un vulgar escapista de tres al cuarto. Yo he desarrollado una técnica secreta que me permite quedarme tan quieto, tan quieto, tan quieto... Que me hago invisible al ojo humano. Así que, en realidad, Zaide y yo ya estábamos ahí todo el rato. Sólo que tú nos viste cuando yo quise que nos vieras.
No sabía cómo se tomaría Money semejante chanza, pero Akame tenía bastante claro que ni de coña iba a revelarle su mejor baza a un tipo que había conocido hacía dos días. Tras la extravagante explicación, el Uchiha se limitó a poner su mejor cara de inocencia y a sonreír de forma bobalicona, con mucha guasa.