27/11/2019, 13:40
El tipo parecía como que le apetecía cambiarse los papeles. Ahora él era el que no podía mantener la compostura y por alguna extraña razón me mantenía en vida, aunque matandome a cada vez que clavaba su vista sobre mi tullido cuerpo. Se dispuso a dejarme allí, tal y como me encontró cuando vino para abandonar la sala, pero antes...
—Házme este favor: muérete.
Lo entendí. Por una vez lo entendí, aquel tipo no atendía a razones.
— Me temo que sus médicos no están por la labor de concederle ese deseo, Daimyo-sama
Pero el hombre ya se había ido.
«Ya te daría algún día lo tuyo. Si no sabes escuchar a tu pueblo no serás nunca un buen daimyo»
No sabrían decir cuánto tiempo había pasado desde la fugaz visita del daimyo y, aunque había un poco de alboroto fuera, los sedantes impidieron que me percatara de ello. Pero la puerta se abrió y captó toda mi atención.
Y allí estaba Satán en persona. La peor de mis pesadillas hechas realidad. Había venido a por mí escoltado por un batallón de ANBU pero... ¿qué diantres quería de mí?
— ¿N-Na-Nanabi?
No me salían las palabras, aunque si las fuerzas para engancharme a la pared todo lo que pude, como si aquello fuese a impedir mi cruel destino.
«Piensa, joder, piensa, hay algo que puedes hacer»
Efectivamente, había algo, sentir la dolorosa punzada de la herida en la barriga. Aquel acto reflejo hizo que me resintiera . Estaba completamente a merced del bijuu ahora viajando con el aspecto del que fuera mi compañero, amigo y rival. Cerré los ojos en señal de que bajaba los brazos. Me conformaba con que fuese rápido...
... Pero en su lugar me vi envuelto en sus brazos con nuevos dolores en la puta herida por el mero contacto físico.
— Pensaba que estabas muerto, joder
Abrí los ojos, completamente anonadado, ¡era Juro y no el Nanabi!
Yota...Y-yo... e-es que...
Trataba de explicarse, de dar algún tipo de motivo por algo. No entendía nada, ¿quizás los sedantes estaban relacionados con esa alucinación?
— L-lo s-siento. P-por t-todo. T-todas las m-malditas peleas que t-tuvimos — Poco a poco, fue controlandose más —. No tenía que haberme portado así. ¡Me alegro tanto de que estés bien!
De ser una alucinación aquello estaba muy bien orquestado. Demasiado.
— La verdad es que preferiría estar muerto — incluso los sedantes impedían en cierto modo que expresar emociones, estaba algo apagado, pero mis ojos me delataban, vidriosos como si fueran a estallar en cualquier momento — Fui yo el que lo hizo mal desde un buen principio
Hice el uso de mis manos para tratar de empujarlo a través de su torso y evitar que la herida siguiese doliendo.
— ¿Cómo lo hiciste? quiero decir... ¿Te llevaron con Kurama, no?
—Házme este favor: muérete.
Lo entendí. Por una vez lo entendí, aquel tipo no atendía a razones.
— Me temo que sus médicos no están por la labor de concederle ese deseo, Daimyo-sama
Pero el hombre ya se había ido.
«Ya te daría algún día lo tuyo. Si no sabes escuchar a tu pueblo no serás nunca un buen daimyo»
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No sabrían decir cuánto tiempo había pasado desde la fugaz visita del daimyo y, aunque había un poco de alboroto fuera, los sedantes impidieron que me percatara de ello. Pero la puerta se abrió y captó toda mi atención.
Y allí estaba Satán en persona. La peor de mis pesadillas hechas realidad. Había venido a por mí escoltado por un batallón de ANBU pero... ¿qué diantres quería de mí?
— ¿N-Na-Nanabi?
No me salían las palabras, aunque si las fuerzas para engancharme a la pared todo lo que pude, como si aquello fuese a impedir mi cruel destino.
«Piensa, joder, piensa, hay algo que puedes hacer»
Efectivamente, había algo, sentir la dolorosa punzada de la herida en la barriga. Aquel acto reflejo hizo que me resintiera . Estaba completamente a merced del bijuu ahora viajando con el aspecto del que fuera mi compañero, amigo y rival. Cerré los ojos en señal de que bajaba los brazos. Me conformaba con que fuese rápido...
... Pero en su lugar me vi envuelto en sus brazos con nuevos dolores en la puta herida por el mero contacto físico.
— Pensaba que estabas muerto, joder
Abrí los ojos, completamente anonadado, ¡era Juro y no el Nanabi!
Yota...Y-yo... e-es que...
Trataba de explicarse, de dar algún tipo de motivo por algo. No entendía nada, ¿quizás los sedantes estaban relacionados con esa alucinación?
— L-lo s-siento. P-por t-todo. T-todas las m-malditas peleas que t-tuvimos — Poco a poco, fue controlandose más —. No tenía que haberme portado así. ¡Me alegro tanto de que estés bien!
De ser una alucinación aquello estaba muy bien orquestado. Demasiado.
— La verdad es que preferiría estar muerto — incluso los sedantes impedían en cierto modo que expresar emociones, estaba algo apagado, pero mis ojos me delataban, vidriosos como si fueran a estallar en cualquier momento — Fui yo el que lo hizo mal desde un buen principio
Hice el uso de mis manos para tratar de empujarlo a través de su torso y evitar que la herida siguiese doliendo.
— ¿Cómo lo hiciste? quiero decir... ¿Te llevaron con Kurama, no?
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa